Con el pie en el acelerador: Brasil registra 100 muertos al día en carreteras
Brasil, donde los fans del ex piloto de fórmula 1 Ayrton Senna aceleran a fondo con total impunidad, mantiene un triste récord: cien muertos por día en sus carreteras, uno de los índices más elevados del mundo. Conocido por la violencia endémica con más de 40.000 asesinatos por año, este país de 195 millones de habitantes y dimensiones continentales vive una verdadera hecatombe en sus rutas, un fenómeno muchas veces ignorado.
Cerca de 37.000 brasileños fallecieron en accidentes de tráfico durante 2008, según los datos preliminares del Ministerio de Salud. A lo largo de los últimos siete años, un total de 247.722 personas murieron en el asfalto.
"Si se compara con otros países del mundo, Brasil es uno de los campeones" en muertos por accidentes de tráfico, afirmó el investigador Paulo Fleury de la Universidad federal de Rio de Janeiro, al diario O Globo.
En cuarta posición detrás de India, China y Estados Unidos en cifras absolutas, Brasil tiene la segunda tasa de mortalidad entre los países grandes (tras Rusia), con 18,3 fallecidos por cada 100.000 habitantes, según los datos de la Organización Mundial de la Salud.
En un país donde el coche y el autobús son (junto con el avión) los principales medios de transporte, el investigador atribuye la mayoría de los accidentes al mal estado de las carreteras.
La flota de vehículos es de 27,5 millones, de los cuales 22 millones son coches, según los últimos datos disponibles por la Asociación de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea).
"La señalización es la base de todo para evitar los accidentes", destacó Fleury, que acusa al Gobierno de no invertir lo suficiente en prevención.
Una portavoz del Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT), organismo responsable del mantenimiento de 66.000 kilómetros de carreteras y rutas federales, declaró a AFP que la seguridad mejoró pero que todavía "queda mucho por hacer".
Actualmente, 13.000 kilómetros de rutas federales todavía no han sido asfaltadas y más de un tercio de los 66.000 kilómetros asfaltados presentan graves problemas en la señalización de curvas, límites de velocidad o prohibición de sobrepasar, según el DNIT.
Para remediar esta situación, más de 900 millones de dólares deben invertirse durante los próximos cinco años en la instalación de equipos de control de velocidad, informó la portavoz.
La administración de algunas rutas federales fue cedida a empresas privadas, por medio de concesiones, y son las más seguras del país.
"El mantenimiento de carreteras mejora todos los años, pero continuamos teniendo un número elevado de accidentes", admitió el director general del DNIT, Luiz Antonio Pagot que adjudica buena parte de los accidentes a la "ausencia de radares" de control de velocidad.
"En Brasil, el que es sancionado al volante piensa que tiene mala suerte porque en la mayoría de los casos aquellos que cometen infracciones no son detenidos", afirmó Mauro Ribeiro, director de la Asociación de Medicina de la Circulación, que prefiere que los conductores infractores reciban penas más severas.
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