Un radioaficionado es el autor de las amenazas a la presidenta de Argentina
El caso de las interferencias al helicóptero presidencial tiene su primer sospechoso detenido. Ayer, la Policía Federal detuvo por orden del juez federal Ariel Lijo al radioaficionado Néstor González a quien se lo acusa de haber interrumpido en diciembre las comunicaciones del helicóptero presidencial con amenazas a Cristina Kirchner.
González se negó a declarar y quedó detenido en la Alcaidía del Palacio de Tribunales. Fuentes judiciales informaron que la defensora oficial del acusado pidió su excarcelación, que será resuelta mañana por el juez Lijo.
En su casa de González en Monte Grande se secuestraron radios con potencia suficientes para hacer interferencias en la Capital y equipos móviles. El hombre ya tiene sanciones de la Comisión Nacional de Comunicaciones por haber producido en el pasado otras interferencias.
A la Justicia le queda ahora determinar si su voz es la que aparece en las amenazas que sufrió Cristina Fernández y si tiene vínculos políticos.
El viernes 11 de diciembre, la Presidenta volaba junto a sus secretarios Isidro Bounine y Fabián Gutiérrez en uno de los helicópteros presidenciales desde la Quinta de Olivos hasta el helipuerto ubicado entre el Correo Central y la Casa Rosada, conocido como Playa 15 en la jerga aeronáutica.
El H-03 partió de Olivos a las 11.34 y pocos segundos después entró en la frecuencia de radio control de aeroparque (118,85 VHF-AM). Se identificó entonces como "Fuerza Aérea 1", el código que revela a la aeronave que traslada a la Presidenta y enseguida se produjo la primera interferencia: "Maten a la yegua", escucharon el comandante de la nave, Alejandro Galliani Mazzuchi, y su copiloto, Oscar Luzardo.
Unos 40 segundos más tarde, mientras sobrevolaban el Río de la Plata, se escucharon unos compases de "Avenida de la Camelias", la marcha militar que la última dictadura utilizó casi como un himno distintivo.
Un rato después, cuando desde el helicóptero informaron a Aeroparque que ya estaban a la altura del Club de Pescadores, llegó una nueva interferencia: "Boludos, maten al pescado". Antes de aterrizar, hubo tiempo para una más: "Mátenla".
Aunque Cristina no escuchó nada, los pilotos informaron de lo sucedido al jefe de la agrupación aérea de Presidencia, Héctor Tissoni, quien a su vez lo dio traslado jefe de la Casa Militar, Alejandro Grahan. Este recopiló todos los detalles, pidió la grabación de la conversación a la torre de control de aeroparque e informó al secretario general de Presidencia, Oscar Parrilli. La cadena culminó en el procurador general de la Nación, Esteban Righi, que el lunes 14 presentó la denuncia ante la Justicia. Así fue como la investigación quedó en manos del fiscal Eduardo Taiano y el juez federal, Ariel Lijo que ahora deberá determinar si González es la voz de las amenazas.
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