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CAUSA ABIERTA

Berlusconi "preocupado" por el odio que despierta entre los italianos

Berlusconi "preocupado" por el odio que despierta entre los italianos

El último parte médico ha confirmado que el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, permanecerá ingresado en el hospital San Raffaele de Milán 24 horas más tras la agresión sufrida ayer. Berlusconi, de 73 años, iba a ser dado de alta hoy, pero los médicos han decidido tenerle en observación para evaluar de nuevos sus condiciones. Según el boletín médico, el primer ministro italiano tiene las constantes vitales normales pero se alimenta con mucha dificultad y apenas puede comer. El golpe con un souvenir de plástico y yeso (una estatuilla que reproduce en miniatura la catedral de Milán) le ha dejado finalmente dos dientes de arriba rotos y una fractura parcial de la nariz, por la que "ha perdido medio litro de sangre y por eso ha habido una bajada de los valores del hematocrito". Berlusconi ha pasado la noche con dolor de cabeza pero tranquilo, según han dicho sus colaboradores, y nada más despertarse ha pedido que le llevaran los periódicos.
El presidente del Senado, Renato Schifani, ha visitado a Berlusconi y ha afirmado: "Más allá del dolor físico le hace sufrir el odio político que se ha transformado en agresión. Lo que trasluce es el dolor interno de un hombre que no comprende el por qué de este odio". El cura de Il Cavaliere, Don Verzé, se ha expresado en la misma línea tras hablar en persona con él. "Berlusconi no entiende por qué le odian de esta forma", ha dicho Verzé a la salida del hospital.
Clima envenenado
La agresión no solo no aplaca la división política, sino que parece haberla envenenado aun más. Esta mañana, Rosy Bindi, la presidenta del Partido Democrático, ha condenado el ataque de Tartaglia, pero ha recordado que Berlusconi es uno de los grandes culpables del clima emponzoñado que vive el país. "Estos gestos no son justificables. Pero Berlusconi no es solo una víctima. Del clima de choque político e institucional es también responsable", ha dicho.
Mientras tanto, el entorno de Il Cavaliere ha culpado a la oposición y La Repubblica de ser los "instigadores morales" del ataque contra el primer ministro, como señala el diario de la familia Berlusconi, Il Giornale. "Tartaglia es un loco que ayer trató de cumplir la orden de liberar al país de la incómoda presencia del primer ministro", afirma el rotativo. "El hecho de que el agresor tenga problemas psiquiátricos no atenúa ni un milímetro la gravedad de lo sucedido y las responsabilidades políticas". Y añade: "Es evidente que también los chiflados leen los periódicos, ven la televisión, se empapan de las tesis de La Repubblica, de (Michele) Santoro (director del programa de televisión AnnoZero), de Marco Travaglio (colaborador de AnnoZero y una de las principales firmas de Il fatto Cuotidiano), de Di Pietro".
El agresor, bajo custodia
Tartaglia, de 42 años, ha sido trasladado durante la noche a la cárcel de San Vittore tras ser interrogado por el fiscal antiterrorista Armando Spataro, que la acusa de premeditación porque llevaba en el bolsillo un pequeño crucifijo, y un spray urticante a la guindilla. El juez decidirá hoy sobre el arresto.
Alessandro Tartaglia, el padre del agresor llamó anoche al hospital para pedir disculpas a Berlusconi. Hoy ha dicho a la prensa que está consternado por el suceso y ha afirmado que su hijo es psicológicamente inestable y está sometido a tratamiento farmacológico. El Policlínico de Milán ha dicho que Tartaglia estuvo en tratamiento psiquiátrico en el centro hasta 2003, y que desde ese momento ha sido seguido por una psicóloga de forma ocasional.
El primer ministro ha recibido la solidaridad de Vladimir Putin y de Nicolas Sarkozy, y esta mañana ha recibido la visita de su aliado Gianfranco Fini, quien ha criticado estas semanas duramente los ataques de Berlusconi a los jueces, el Constitucional y el presidente de la República. Todas estas instituciones han mostrado en estas horas su solidaridad con el magnate.

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