Honduras: el "tercer" presidente pide unidad nacional
El vencedor de las elecciones presidenciales del domingo en Honduras, Porfirio "Pepe" Lobo, aseguró que a partir de este lunes empezará las gestiones para conformar un gobierno de unidad nacional desde el 27 de enero, fecha en la que debería asumir el poder.
Lobo -candidato por el Partido Nacional, de derecha- se dirigió a sus simpatizantes la medianoche del domingo, luego de que el Tribunal Supremo Electoral presentara los primeros resultados oficiales de los comicios que ratificaban las tendencias difundidas por las encuestas a boca de urna: más del 55% de los votos.
"Anuncio un gobierno de unidad nacional, de reconciliación, ya no hay tiempo de más divisiones, vamos adelante, todos juntos por Honduras", dijo Lobo, quien ofreció un diálogo "amplio y sincero" con todos los sectores.
¿Con Zelaya y Micheletti?
Ya anteriormente Lobo había dicho que está dispuesto a incluir en ese diálogo al depuesto presidente, Manuel Zelaya, y al interino, Roberto Micheletti, aunque no especificó qué medidas tomaría para resolver la crisis política.
Algunos no descartan que, ya en la presidencia, Lobo decrete una amnistía que ampare a todos los involucrados en el golpe de Estado contra Zelaya y que elimine los casos que tiene pendientes el depuesto mandatario ante la justicia.
El hoy vencedor de las elecciones nunca calificó como golpe de estado los eventos de junio que significaron la salida del poder de Zelaya, y hasta ahora no ha aclarado cual será la posición de la bancada de su partido cuando el miércoles el Congreso deba votar sobre la posible reinstalación de Zelaya en la presidencia para que culmine su mandato.
El depuesto presidente declaró que estas elecciones eran ilegítimas.
Tono cordial
Poco antes del discurso de Lobo, su contrincante del Partido Liberal, Elvin Santos, aceptó la derrota y anunció una "crítica leal" al nuevo gobierno, en un tono que parece augurar tiempos de reconciliación entre la clase política hondureña.
Santos fue el más perjudicado por la crisis, ya que la situación en torno a Zelaya -perteneciente a ese partido- dividió a los liberales, algunos de los cuales se abstuvieron de votar.
El Tribunal Supremo Electoral afirmó que la participación del domingo fue del 61,3%, aunque Zelaya y sus seguidores aseguran que ésta fue de apenas 30 a 35%.
Aunque desde su refugio en la embajada de Brasil en Tegucigalpa Zelaya parece haber perdido protagonismo y hasta margen de maniobra, el resultado electoral lo reposiciona como un factor importante dentro del todavía partido de gobierno.
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