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CAUSA ABIERTA

Activistas piden el cierre de la Escuela de las Américas en EE.UU., por formar militares para dar golpes de Estado

Activistas piden el cierre de la Escuela de las Américas en EE.UU., por formar militares para dar golpes de Estado

Cientos de activistas se concentraron hoy a las puertas de la base militar de Fort Benning (EE.UU.) para pedir el cierre de la Escuela de las Américas, a la que acusan de haber entrenado a oficiales que participaron en el golpe de Estado en Honduras. La Escuela de las Américas, ahora llamada Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica (Whinsec, por su sigla en inglés), fue establecida en Panamá en 1946 para formar a militares del continente, y trasladada en 1984 a la base estadounidense de Fort Benning, en Georgia.
Estudiantes, veteranos de guerra, representantes de comunidades de base y supervivientes de torturas forman parte de esta comitiva que denuncia la relación de la Escuela con la formación de militares que participaron en 11 regímenes dictatoriales en América Latina.
Los activistas denuncian que durante sus más de sesenta años de funcionamiento miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos, masacrados por soldados y oficiales entrenados en esa escuela, también en el caso de Honduras.
La organización SOA Watch (Observadores de la Escuela de las Américas) considera que es una "escuela asesina" por la que han pasado militares como los generales Leopoldo Galtieri y Roberto Viola, que participaron en la guerra sucia durante la dictadura argentina (1976-1983).
El general José Efraín Ríos Montt, que gobernó Guatemala de facto entre 1982 y 1983 tras un golpe de Estado, y que es reclamado por la Justicia por delitos de genocidio, tortura y terrorismo de Estado, también pasó por sus aulas.
Así como el general Omar Torrijos, -padre del ex presidente de Panamá Martín Torrijos-, que lideró el golpe de Estado contra Arnulfo Arias, el 11 de octubre de 1968, y uno de sus jefes militares, Manuel Noriega.
La organización señala que el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hondureñas, el general Romeo Vásquez, fue alumno de esta escuela en dos ocasiones, en 1976 y 1984, así como el general Luis Prince Suazo, al frente de la Fuerza Aérea del país.
El general Vásquez fue destituido días antes del golpe por negarse a cumplir instrucciones del Ejecutivo para que los militares dieran apoyo logístico a la encuesta que impulsaba el presidente Manuel Zelaya para reformar la Constitución y que, según detractores del derrocado mandatario, abría la puerta de la reelección.
Zelaya destituyó al general, que rechazó acatar las órdenes presidenciales después de que un tribunal dictaminara que la iniciativa era ilegal, y el Congreso le restituyó en su cargo tras el golpe de Estado del 28 de junio.
La coordinadora del Comité de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), Bertha Oliva, que ha denunciado las violaciones de los derechos humanos en su país, viajó desde Tegucigalpa para unirse a las protestas que comenzaron hoy con una marcha a Fort Benning y una vigilia que concluirá mañana con un acto frente a la base militar.
Durante la vigilia se conmemorará el vigésimo aniversario de la muerte de seis jesuitas asesinados en 1989 por escuadrones de la muerte en la Universidad de El Salvador, entre ellos el rector de la institución, Ignacio Ellacuría, además de una cocinera y su hija.
Según SOA Watch, salvadoreños graduados de la Escuela de las Américas figuraron entre los mayores violadores de derechos humanos en su país. El conflicto armado en El Salvador (1980-1992) dejó más de 75.000 muertos.
La organización consiguió este año que un comité del Congreso estadounidense autorizara su petición de que el Pentágono haga público los nombres de los militares que se graduan en la Escuela de la Américas.
El Pentágono había clasificado los nombres después de que la participación de algunos de sus miembros en los abusos a los derechos humanos se hiciera público.
El congresista demócrata Jim McGovern ha llevado al Capitolio una propuesta para que la escuela militar deje de funcionar y se investigue su conexión con la violación de los derechos humanos en América Latina.

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