Venta de grasa humana para cosméticos: ¿mito o secreto guardado bajo siete llaves?
Desde el sector de la industria cosmética, algunos expertos plantearon dudas de la existencia de un mercado negro de grasa humana. "Además de ser unos actos aberrantes, la grasa humana no tiene ningún interés cosmético. Incluso intentando ponernos en la mente de los criminales, resultaría absurdo matar para conseguir grasa humana, porque la grasa humana, por ejemplo después de las operaciones de cirugía estética, se tira, carece de valor en el mercado cosmético", aseguró María de Val Díez, directora general de la Asociación Española de Perfumería y Cosmética. Otros opinan en contrario y admiten que la grasa humana es utilizada en diversos procedimientos cosméticos, como las inyecciones faciales para rellenar labios y mejillas. Hasta el momento ningún investigador de laboratorio se ha pronunciado.
"El único antecedente de fabricación de cosméticos con grasa humana fue, en el nivel de lo horrible, el de los campos de concentración nazis", agregó Díez.
En este sentido, los controles legales sobre la grasa humana que se extrae en operaciones de cirugía estética son muy estrictos. La mayor parte es tratada como residuos especiales y termina siendo incinerada. "Hay otros pacientes a los que se les extrae la grasa y se les inyecta en otro sitio. Por ejemplo, grasa del abdomen puede injertarse en la cara. Una pequeña proporción se utiliza para el estudio de células madre o para la reconstrucción mamaria por mastectomía", señaló el doctor Ezequiel Rodríguez, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética. La policía peruana anunció hace 48 horas la detención de cuatro personas que presuntamente formaban parte de una red criminal que secuestró y descuartizó a un número aún no determinado de personas para extraer la grasa de sus cuerpos y venderla a mercados de cosméticos de Europa.
Las autoridades todavía están buscando a otros seis supuestos miembros de la banda, conocida como Los Pishtacos, entre los que habría dos italianos.
Las investigaciones comenzaron cuando a principios de este mes la policía detuvo a dos de los presuntos integrantes del grupo -que operaba en los departamentos andinos de Huánuco y Pasco- mientras recogían en una empresa de transporte un envase de plástico que contenía grasa humana.
Hasta el momento, la única víctima confirmada es Abel Matos, un joven de 27 años asesinado a mediados de septiembre, cuya grasa y restos fueron hallados por las autoridades.
El jefe de la División de Secuestros de la policía peruana, el coronel Jorge Mejía, explicó que los detenidos han confesado haber secuestrado a otras cinco personas.
La autoridades sospechan que el número de víctimas podría elevarse a 60, en base al número de desapariciones reportadas en el área donde operaba la red criminal.
El jefe de la Dirección de Investigación Criminal de la policía peruana, Eusebio Félix Murga, aseguró que los supuestos integrantes Los Pishtacos llevaban a sus víctimas con engaños a lugares solitarios, donde las decapitaban, y luego las trasladaban a laboratorios caseros para extraerles la grasa, que vendían a un precio de US$15.000 el litro.
"Por la cantidad de grasa que han comercializado podemos indicar que son muchas las víctimas", manifestó Murga.
La grasa extraída por la banda era ofrecida en Lima a intermediarios y se cree que su destino eran empresas europeas que fabrican cosméticos, aunque hasta el momento no se ha podido confirmar ninguna venta.
El nombre con el que se conoce a la banda -Los Pishtacos- hace referencia al mito andino sobre extranjeros blancos que asaltaban durante las noches a los caminantes para extraerles la grasa y hacer con ella jabones, lubricantes y cremas de belleza.
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