Somalia: otra lapidación por adulterio
Una mujer de 20 años, divorciada y acusada de cometer adulterio, fue lapidada en Somalia hasta la muerte por radicales islámicos ante una multitud de más de 200 personas.
La sentencia fue dictada por un juez nombrado por el grupo radical islámico al-Shabab, que acusó a la joven de haber mantenido relaciones con un hombre soltero de 29 años.
Según el juez, la mujer –que poco antes había dado a luz a un niño muerto- había cometido adulterio. En aplicación de la misma sentencia, su pareja recibió 100 latigazos.
El grupo radical islámico al-Shabab controla grandes áreas del sur de Somalia, donde ha impuesto una interpretación estricta de la Sharia o ley islámica que está causando descontento entre muchos somalíes.
De acuerdo con testigos presenciales, la mujer -procedente de un pequeño pueblo a más de 400 kilómetros de la capital, Mogadiscio- fue llevada a una cancha pública donde la enterraron hasta el pecho y fue lapidada ante una multitud.
Bajo la interpretación que al-Shabab hace de la Sharia, todo aquel que haya estado casado alguna vez puede ser condenado a muerte mediante lapidación por adulterio, incluso después de haberse divorciado.
Según esta misma aplicación de la ley islámica, una persona soltera que mantenga relaciones sexuales antes del matrimonio se expone a recibir un castigo de hasta 100 latigazos.
El corresponsal de la BBC en África oriental, Will Ross, aseguró que a lo largo del último año se han llevado a cabo al menos cuatro lapidaciones por adulterio en Somalia.
A principios de noviembre, un hombre fue ejecutado por este método en la ciudad portuaria de Merka, al sur de la capital. Su pareja, embarazada, fue sentenciada a la misma pena, que le será aplicada una vez haya dado a luz.
El año pasado, otra chica murió lapidada en la ciudad sureña de Kismayo. En aquella ocasión, los grupos de derechos humanos denunciaron que la víctima había sido violada y tenía sólo 13 años.
Hace apenas un mes, otros dos hombres fueron ejecutados por lapidación tras ser acusados de espionaje.
Desde hace más de 18 años, Somalia vive una situación política muy inestable y el gobierno no tiene un control efectivo de buena parte del territorio.
El actual presidente del país, Sheikh Sharif Sheikh Ahmed –un islamista moderado que juró el cargo en enero bajo el marco de las conversaciones de paz de amparadas por Naciones Unidas- aseguró que su gobierno también aplicará la Sharia.
Sin embargo, al-Shabab le acusa de hacer una interpretación excesivamente "blanda" de la ley islámica.
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