Zelaya: "EE.UU. nos dejó en medio del río"
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo a BBC Mundo que "Estados Unidos cambió de prioridades y nos dejó en medio del río", al referirse a las gestiones de Washington para lograr un acuerdo político que pusiera fin a la crisis política en ese país centroamericano generada por el golpe de Estado del pasado 28 de junio.
Habríamos podido arreglar el problema, porque ya se había logrado un acuerdo y en ese momento era cuando más apoyo internacional se había necesitado", aseveró Zelaya a BBC Mundo.
Zelaya se quejó del aparente cambio de posición de Estados Unidos frente a la crisis hondureña en los últimos días.
El presidente depuesto sostuvo que la gestión del senador republicano estadounidense Jim DeMint, quien la semana pasada aseguró haber recibido "garantías" de que la Casa Blanca reconocerá al ganador de las elecciones presidenciales hondureñas del 29 de noviembre, "fortaleció al régimen de facto y el gobierno de Estados Unidos salió debilitado".
Zelaya ha venido insistiendo en que debe ser restituido en su cargo antes de que se lleven a cabo las elecciones, que de otra manera, según él, carecerían de legitimidad.
Según el depuesto mandatario, una de las lecciones que deja la crisis hondureña es que "la comunidad internacional, incluso Estados Unidos, es débil ante el resurgimiento de la violencia de estado en América Latina".
"Gendarme de la derecha estadounidense"
Zelaya insistió en que las próximas elecciones de noviembre son "ilegítimas" y "una vergüenza". No obstante, al preguntársele qué acción recomendaba a sus seguidores en esos comicios, dijo que “el voto es libre, igualitario, secreto y decisión personal. Mi función es denunciar la represión, censura y persecución política”.
Cuando se le preguntó si veía todavía alguna posibilidad de acuerdo para una salida política a la crisis, Zelaya dijo a BBC Mundo: "nosotros asistimos a un diálogo que auspició la secretaria (de Estado de EE.UU.) Clinton, duró 4 meses, se logró firmar un acuerdo y al final dejó un mal sabor en la boca, porque al final constituyó el fortalecimiento de la dictadura y el debilitamiento del gobierno de Estados Unidos".
Zelaya también criticó fuertemente la posición del mandatario interino Roberto Micheletti frente a las negociaciones auspiciadas por Estados Unidos, diciendo que el mandatario interino "se presta al juego de poder interno de los grupos de derecha de Estados Unidos, es prácticamente un gendarme de ellos".
Para Zelaya, Micheletti "no tiene ni la menor intención de resolver esta crisis en Honduras sino que quiere mantener el poder a la fuerza".
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