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CAUSA ABIERTA

Emergen historias de heroísmo en la matanza de la base de Texas

Emergen historias de heroísmo en la matanza de la base de Texas

La mayoría de los 30 heridos en el tiroteo en la base de Fort Hood (Texas) sigue hospitalizada hoy, pero la cifra de víctimas habría sido mayor si no fuera por el heroísmo de ciertas personas el jueves, cuyas historias han comenzado a conocerse. "Es posible que algunos (de los heridos) sufran secuelas físicas de por vida, pero no hay duda de que el impacto psicológico será para siempre", dijo en una rueda de prensa Roy Smythe, jefe del departamento de cirugía del Hospital Scott and White, que ha tratado a diez de ellos.
El mayor Malike Nadal Hasan, de 39 años, identificado como el atacante, está internado en un hospital de San Antonio en situación crítica, pero estable, y sigue inconsciente.
Mientras, los cuerpos de los 12 soldados y un civil muertos llegaron el viernes por la noche al aeropuerto militar de Dover, en Delaware, la base a la que arriban también los féretros de los caídos en Afganistán e Irak.
Hasan disparó más de 100 balas con dos pistolas, una de ella semiautomática, y fue capaz de asesinar y herir a tantas personas en tan solo cinco minutos porque el edificio donde abrió fuego estaba abarrotado de soldados que se examinaban la vista o rellenaban formularios médicos, informó el Ejército.
En medio del dolor, los estadounidenses encuentran alivio en los relatos del heroísmo demostrado por algunas personas durante la matanza, la peor ocurrida en una base militar en Estados Unidos.
"Incluso cuando puso en evidente lo peor de la naturaleza humana, vimos también lo mejor de Estados Unidos", dijo hoy el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su mensaje sabatino.
"Vimos tanto a soldados como civiles apresurarse a ayudar a sus compañeros caídos; desgarrarles la ropa perforada a balas para tratar a los lesionados; usar blusas como torniquetes; repeler al tirador a pesar de ellos mismos estar heridos", afirmó.
Uno de esos héroes fue el soldado raso Marquest Smith, de 21 años, que estaba sentado en un cubículo cuando escuchó los tiros, según ha relatado a la prensa estadounidense.
Smith corrió hacia una puerta lateral del edificio, empujando a otros dos militares hacia afuera. Volvió a entrar y sacó a dos soldados heridos, tras lo cual retornó una vez más al edificio y esa vez se topó con el agresor.
"Solo vi su espalda y comencé a correr", dijo. "Entonces oí y sentí las balas pasando cerca de mi cabeza a ambos lados y alojándose en la pared".
Mientras, fuera su amigo Jeffrey Pearsall, otro soldado raso de 21 años, colocaba a "cinco o seis personas" en su camioneta para llevarlas al hospital.
Smith entró también en el vehículo, pero luego se dio cuenta de que había dejado atrás a uno de los heridos al que había socorrido.
"Yo aminoré la marcha y él saltó y corrió un kilómetro y medio" de vuelta al lugar del tiroteo, dijo Pearsall. Smith encontró al soldado herido intentando ir al hospital en su propio automóvil y él lo llevó.
El gobernador de Texas, Rick Perry, agradeció hoy en particular el heroísmo de los policías civiles Kimberly Munley y Mark Todd, que estaban en la zona por casualidad y acudieron al oír los disparos.
"No se puede decir cuántas vidas salvaron", dijo Perry en una rueda de prensa.
Ambos abrieron fuego contra Hasan, que cargó contra Munley, según los testigos.
La sargento abatió a Hasan con varios disparos, pero recibió dos impactos de bala en sus piernas, que entraron por su muslo izquierdo y se alojaron en el derecho, además de sufrir una herida leve en la muñeca derecha.
Las autoridades investigan las razones que llevaron a Hasan a cometer la masacre, aunque las pruebas por ahora apuntan a que no quería ser desplegado en Afganistán y se sentía incómodo como musulmán en las fuerzas armadas estadounidenses.
En su mensaje, Obama pidió al país que rinda homenaje a todos los soldados, sin excepciones, en un intento de evitar reacciones en contra de los mahometanos.
Los militares "son estadounidenses de todas las esferas, razas y religiones. Son cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes", dijo Obama.
"Son descendientes de inmigrantes e inmigrantes. Reflejan la diversidad que define a Estados Unidos. Pero lo que comparten es un patriotismo sin igual", añadió.

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