Blogia
CAUSA ABIERTA

El Salvador no puede con las pandillas

El Salvador no puede con las pandillas

Extorsiones, asesinatos, robos a mano armada, las 'maras' o pandillas salvadoreñas han impuesto su ley en las calles de muchas ciudades del país convirtiendo a la población en rehenes del miedo y en víctimas silenciosas de sus amenazas. La violencia, que deja una media de 14 homicidios al día, ha convertido a El Salvador en uno de los países más violentos del mundo en tiempos de paz, ha obligado al gobierno de Mauricio Funes a sacar el ejército a las calles para tratar de contener esta espiral que se agranda día a día.
"Es interesante ver las acciones que en seguridad pública se están tomando, pero ojo, sólo el tiempo dirá si el haber sacado al ejército a las calles es lo mejor que se puede hacer para frenar la violencia pues se ha rebasado la capacidad de la policía y el ejército representa una mano más dura para castigar la violencia", dijo a AFP José Tojeira.
Tojeira, rector de la Universidad Centroamericana, advirtió que no hay que pensar que las pandillas son "las causantes de todo lo malo que pasa en el país, pues hay crimen organizado, narcotráfico y delincuencia común que se aprovecha de las circunstancias de inseguridad".
Mucho más que la crisis económica que también ha afectado a El Salvador, el gran desafío del primer presidente de izquierda del país, que asumió el cargo el 1 de junio pasado, es la inseguridad que se viene agudizando año tras año desde el fin de la guerra civil (1980-1992).
Las políticas de "mano dura" que han puesto en marcha los gobiernos de derecha han sido un fracaso, como las cifras de asesinatos lo confirman. Hasta el 18 de octubre, habían sido asesinadas 3.492 personas, más de mil más que en el mismo período del 2008.
"La gravedad de la situación de inseguridad demanda acciones rápidas, y sacar al ejército no es lo más idóneo pero es válido por el nivel de violencia que sufrimos todos", dice a AFP el presidente de la Comisión de Derechos Humanos (CDHES, organización no gubernamental), Miguel Montenegro.
Uno de los asesinatos más sonados fue el del fotógrafo franco-español Christian Poveda, en septiembre, por pandilleros en la periferia noreste de San Salvador.
Autor de un documental sobre las maras titulado 'La Vida Loca', en el cual retrató el día a día de pandilleros del grupo denominado 'Mara 18' y el intento de algunos de ellos por rehabilitarse, Poveda fue asesinado, según la versión oficial, después de que el policía Juan Espinoza dijera a los pandilleros que era informante de la policía.
Y es que, para Montenegro, es hora de que el gobierno haga una "profunda" depuración en las fuerzas de seguridad, ya que la "gente no tiene confianza en la policía por tanto agente involucrado en hechos delictivos".
Para el analista Dagoberto Gutiérrez, el gobierno de Funes "ahora se está jugando una partida con la seguridad pública", en donde "si no funciona la salida de soldados a la calle para parar la violencia" se empujaría a la población "a tomar la justicia por sus manos creando un clima casi de guerra civil y eso sería peor".
Otra solución para prevenir la proliferación de pandilleros, en su mayoría procedentes de barrios pobres y familias desestructuradas de las periferias de las ciudades, es la oferta de alternativas económicas y de desarrollo, tal y como apuntan los analistas.
Fenómeno nacido en las calles de ciudades estadounidenses como Los Ángeles, con fuerte presencia de inmigración centroamericana, la política de Estados Unidos de deportar a los delincuentes a sus países de origen no hace más que agravar el problema.

0 comentarios