El sodio y los refrescos con edulcorantes artificiales dañan los riñones
El consumo elevado de sodio y refrescos con edulcorantes artificiales daña los riñones, según dos estudios del Hospital de Brigham y las Mujeres en Boston que se ha hecho público durante la reunión anual de la Sociedad Americana de Nefrología que se celebra estos días en San Diego (Estados Unidos). Los científicos, dirigidos por Julie Lin, estudiaron a más de 3.000 mujeres que participaban en el Estudio de Salud de Enfermeras para identificar el impacto del sodio y las bebidas azucaradas en el funcionamiento renal.
Según explica Lin, "existen actualmente datos limitados sobre el papel de la dieta en la enfermedad renal. Aunque se necesitan más estudios, nuestra investigación sugiere que el consumo elevado de sodio y de bebidas endulzadas artificialmente se asocia con una mayor tasa en la disminución del funcionamiento renal".
El primer estudio examinó la influencia de los nutrientes de la dieta individual sobre el declive del funcionamiento renal a lo largo de más de 11 años en las participantes del estudio de las enfermeras. Los autores descubrieron que en las mujeres con una función renal bien conservada, el mayor consumo dietético de sodio se asociaba con un mayor declive en el funcionamiento renal, algo consistente con los datos de estudios en animales que muestran que el consumo elevado de sal promueve un progresivo declive renal.
El segundo estudio examinó la influencia de las bebidas con azúcar y las artificialmente endulzadas sobre el declive del funcionamiento renal en el mismo grupo de más de 3.000 mujeres. Los resultados mostraron un aumento del doble en las probabilidades de declive renal y más rápido en aquellas mujeres que tomaban entre dos o más veces al día bebidas artificialmente endulzadas. Los autores no encontraron relación entre el declive renal y las bebidas con azúcar.
Según señalan los investigadores, esta asociación se mantuvo incluso después de que se tuviera en cuenta edad, consumo calórico, obesidad, hipertensión, diabetes, tabaquismo, actividad física y enfermedad cardiovascular.
Los autores concluyen que los mecanismos del declive renal en relación al consumo elevado de edulcorantes artificiales no se había estudiado antes y que merece una posterior investigación. (Europa Press)
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