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CAUSA ABIERTA

Mononucleosis, la enfermedad del beso

Mononucleosis, la enfermedad del beso

Es llamada coloquialmente “enfermedad del beso” porque la principal vía de transmisión es a través de la saliva, aunque también están incluidos estornudos, tos y compartir vasos o cubiertos. Es una enfermedad infecciosa bastante común que suele remitir de forma espontánea de 2 a 4 semanas.
Es provocada en la mayoría de los casos por el virus Epstein-Barr (VEB), virus muy abundante en el medio al que están expuestos la mayoría de los niños durante su desarrollo. También hay referencias de otro virus que puede ser causante de los mismos síntomas: Citomegalovirus.
Aunque la mayoría de los contagios suceden a temprana edad, incluso algunos niños la padecen con signos poco aparentes, es en el grupo de 14 a 17 años donde hay mayor incidencia.
Los síntomas son muy similares a los de una gripe común, con la diferencia que pueden durar varias semanas. Será importante consultar al especialista cuando su hijo presente fiebre, dolor de garganta, ganglios linfáticos inflamados, especialmente en el cuello, y secreción blanquecina en amígdalas. Así mismo, si se presenta debilidad o fatiga extrema durante más de una semana.
Además del examen físico y la historia clínica, si el médico sospecha mononucleosis un análisis de sangre ayudará en el diagnóstico definitivo, ya que encontrará ciertas particularidades en la forma de los glóbulos blancos.
Definitivamente la automedicación está vetada y sólo el médico podrá recomendar el protocolo de medicamentos en cada caso, ya que al ser una enfermedad viral no hay un protocolo específico. Sólo prescribirá medicamentos que disminuyan los síntomas y ayuden a pasarla mejor mientras el cuerpo elimina al agente infeccioso.
Nada como el reposo y beber líquidos en abundancia, y esperar a que la fiebre ceda en los primeros días. De acuerdo a las estadísticas los ganglios disminuyen de tamaño después de 4 semanas y la fatiga puede persistir incluso hasta 3 meses.
Las posibles complicaciones en casos aislados son: un aumento excesivo en el tamaño del bazo o del hígado, de este último la complicación es más común en personas mayores de 35. En el caso del bazo se deberá evitar toda actividad de contacto o ejercicio pesado, ya que al estar inflamado hay riesgo de que se rompa y se convierta en una urgencia quirúrgica.
La gran mayoría de las personas se recuperan satisfactoriamente sin tener complicaciones, y serán inmunes a ella. La duración del periodo en que alguien puede ser contagioso para otros es muy variable. Lo  más importante es siempre consultar con un facultativo de la salud y no medicarse sin prescripción médica. Por Reyna Arenas

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