Asesinato de una prostituta brasileña fue ordenado en España

El asesinato de una prostituta brasileña, ocurrido en la periferia de Brasilia en marzo pasado, habría sido ordenado desde España por una red de tráfico de mujeres que tiene conexiones en África y América Latina, informó hoy la prensa local. La brasileña Leticia Peres Mourão fue asesinada en la ciudad de Guará, cercana a Brasilia, después de regresar al país tras haber trabajado como prostituta en un bar de Tarragona (noreste de España) y de denunciar a los dueños del local ante las autoridades españolas por trabajo esclavo, dice el diario Correio Braziliense.
Según el periódico, Peres Mourão debía volver a declarar ante la justicia española en junio, pero fue asesinada tres meses antes.
El presunto asesino fue detenido e identificado como Lucio Flavio Barbosa, de 20 años, quien según la policía recibió 4.000 reales (unos 2.300 dólares) por el homicidio.
El fiscal Marcelo Leite Borges dijo a Correio Braziliense que Barbosa fue contratado en el estado de Espíritu Santo, a unos 1.500 kilómetros de Brasilia, una ciudad en la que jamás había estado antes.
Según el periódico, en las declaraciones prestadas a la policía, Barbosa confesó que fue contratado por Clenio Otacílio da Silva, quien sería el contacto de la red de prostitución en Brasil y le dijo que la muerte de la prostituta le había sido ordenada por "la organización española".
Leite Borges declaró al diario que el autor intelectual de la muerte de la prostituta sería un español identificado como Miguel Arufe Martínez, conocido como "Antonio".
También explicó que el caso es investigado en forma conjunta por las autoridades brasileñas y españolas y descartó la posibilidad de que Brasil pida la deportación del supuesto autor intelectual.
"Creo que España no tendría la obligación de deportarle y que, si fuese condenado, lo haría justicia española", agregó el fiscal.
Según Correio Braziliense, por lo menos doce brasileñas fueron asesinadas en circunstancias similares en lo que va de este año en España y Estados Unidos, aunque el caso de Peres Mourão sería el primero ocurrido en Brasil.
De acuerdo al reportaje, la red de tráfico de mujeres con sede en España tendría ramificaciones en Brasil, otros países de América Latina y en varias naciones africanas, donde "las convencen a vender sus cuerpos" en diversas ciudades españolas, entre las que cita Tarragona, Barcelona y Vilanova i la Geltrú.