Zelaya espera "muy sereno" la decisión sobre su restitución

El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo que espera con serenidad la decisión sobre su restitución debatida este miércoles en una mesa de diálogo con el gobierno de facto, un día antes de que se venza su plazo para cerrar la negociación. "Tengo una posición muy serena, porque tengo fe frente a la vida, pero tengo que desconfiar de mis adversarios" mientras no se llegue a acuerdo, afirmó a la AFP el mandatario depuesto en un golpe de Estado el 28 de junio.
Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil desde que sorpresivamente regresó a su país el 21 de septiembre, destacó que esta jornada de diálogo es "el día de la discusión del punto que significa el acatamiento de las resoluciones de la OEA".
"Vamos a hacer un pronunciamiento a la sociedad hondureña el 15 de octubre sobre cuál es nuestra posición o estrategia en caso de que no de resultado el diálogo, vamos a definir nuestra posición", comentó. El líder de 57 años, un ganadero que a medio mandato giró a la izquierda, reiteró su disposición "abierta al diálogo y de desconfianza al régimen de Roberto Micheletti".
Zelaya reiteró que sólo aceptará su restitución si el gobierno de facto accede a que sea antes de las elecciones del 29 de noviembre, que muchos países se niegan a reconocer si son organizadas bajo el régimen que se instaló con el golpe de Estado.
Si se realizan elecciones sin que Honduras haya recuperado el orden constitucional "sería una legitimación, un permiso para dar más golpes de Estado", reafirmó a la AFP el mandatario. Zelaya insistió en que el retorno al orden constitucional es necesario para garantizar que los comicios sean "libres, transparentes" y reconocidos.
La restitución de Zelaya está sobre la mesa de negociación tras la firma de siete de los ocho puntos claves del llamado Acuerdo de San José, propuesto por el presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias.
Las partes acordaron un gobierno de unidad, el rechazo a una amnistía, la renuncia de Zelaya a convocar una Asamblea Constituyente, el no adelanto de las elecciones, traspasar el mando de los militares al tribunal electoral un mes antes de los comicios y pedir a la comunidad internacional levantar las medidas impuestas a Honduras tras el golpe.