Obama rinde homenaje a la música latina, "que nos conmueve y nos mueve"
El presidente de EEUU, Barack Obama, rindió hoy homenaje a la música latina, "que nos conmueve y también nos mueve", en una Fiesta Latina en la Casa Blanca que contó con la participación de estrellas como Marc Anthony o Gloria Estefan y con la que celebró a ritmo de baile el Mes de la Herencia Hispana. La música latina, recordó Obama, al presentar la Fiesta, "no es fácil de definir" y combina muchos ritmos, desde la bachata al reggaetón , pero "su espíritu también nos une".
Estas melodías, destacó, combinan "los ritmos de los esclavos mexicanos con las guitarras que trajeron de España los conquistadores, la música de los colonos alemanes con las flautas de los indígenas. La música latina nos habla en un lenguaje que todos podemos entender".
"Nos mueve pero también ¡nos mueve!", afirmó el presidente, que invitó a los cerca de 380 invitados al evento a "disfrutar una música verdaderamente global ofrecida por algunos de los artistas de más talento del mundo".
"El Ala Oeste, el Ala Este y todas las alas de esta Casa Blanca llevaban tiempo esperando este momento. Disfrútenlo", instó el presidente estadounidense al dejar paso a los presentadores de la noche, los actores Eva Longoria ("Desperate Housewives"), Jimmy Smits ("LA Law", "The West Wing") y el cómico George López.
En presencia de personalidades como la secretaria de Trabajo, Hilda Solís, o la jueza del Tribunal Supremo Sonia Sotomayor -que probablemente se llevó la mayor ovación de la noche-, el arranque de la música correspondió a una Gloria Estefan deslumbrante en un traje de tirantes negro y a un José Feliciano que previamente había recordado que se trataba de su tercera actuación en la Casa Blanca.
Con su dúo "No llores", animado en la batería por Sheila E, Estefan y Feliciano ya hicieron que más de un funcionario encorbatado comenzara a mover los hombros al ritmo de la música.
Ni siquiera el apetitoso menú preparado por la cubano estadounidense Maricel Presilla, que incluía empanada de bistec argentino con chimichurri rojo, camarones escalfados con ensalada de col nikkei y aderezo de miso con algas secas, consiguió distraer a los presentes de una música cada vez más cautivadora.
Presilla sirvió además arrumadinho brasileño, enchiladas hondureñas, polenta de maíz y cerdo asado cubana con canapés de malanga. Tampoco faltaron los pasteles puertorriqueños con ajilimójili y de postre, entre otras cosas, por supuesto flan y mazamorra morada.
Un Marc Anthony que llegó a la fiesta acompañado de su inseparable esposa Jennifer López -en un deslumbrante traje minifaldero en tonos dorados- ya hizo que los más osados se pusieran en pie con su "Tu amor me hace bien".
Thalia, con un ajustado vestido de seda azul, y su "Amor a la Mexicana" consiguieron sacar al estrado al propio Obama, que se marcó unos pasos de baile entre gestos de que el ambiente se estaba caldeando ya muy seriamente.
"Los Lobos", con sus ritmos tex mex -tocaron un medley de la clásica La Bamba y varias cumbias- tomaron el relevo antes de ceder el protagonismo a Shelia E y Pete Escovedo, que interpretaron un vibrante "Ran kan kan".
Los dominicanos de Aventura se marcaron una bachata, "Su veneno", en la que su líder, el dominicano-boricua Romeo, dejó claro por qué este ritmo ha traspasado todas las fronteras.
Tras el sosiego de José Feliciano y su "En Aranjuez con tu amor", una adaptación del Concierto de Aranjuez del español Joaquín Rodrigo, Marc Anthony volvió a poner en pie el pabellón levantado en los jardines de la Casa Blanca.
La fiesta, parte del ciclo de veladas musicales que han organizado el presidente de EEUU y su esposa, Michelle Obama, para rendir homenaje a la música que ha ayudado a definir el país, llegó a su apoteosis con Gloria Estefan y "Mi Tierra".
Aquellos funcionarios que al comienzo del festejo apenas osaban mover los hombros ya estaban en pie y completamente entregados al ritmo. Barack y Michelle Obama, que habían seguido con amplias sonrisas las actuaciones, prorrumpieron en aplausos.
Un "reprise" de "Mi Tierra" sacó a los Obama al estrado, esta vez con sus hijas, Malia y Sasha, de once y ocho años, que no vacilaron en acercarse a la batería para tratar de imitar los inimitables de Sheila E.
La función concluyó con todos los artistas en el escenario, cantando y demostrando en la práctica cómo la música latina no sólo "nos conmueve, sino también nos mueve".
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