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CAUSA ABIERTA

Murió el último comandante de la insurrección del gueto de Varsovia

Murió el último comandante de la insurrección del gueto de Varsovia

El último comandante de la heroica insurrección del gueto judío de Varsovia contra los nazis, en 1943, Marek Edelman, acaba de fallecer a la edad presunta de 90 años en Polonia, país donde decidió quedarse pese al Holocausto. Su fecha exacta de nacimiento era desconocida, pero sus papeles oficiales figuraba la más probable, el 1 de enero de 1919.
"No sé qué edad tengo exactamente", explicó en una entrevista de la AFP en 2007. "Mi padre murió cuando yo era muy pequeño, casi no lo recuerdo. Mi madre murió unos años después. No tuve a nadie que me lo dijera", dijo.
Nacido en Homl, ciudad que hoy está en Belarús, en una familia de judíos enrolados en el partido obrero judío Bund, el joven Edelman se impregnó desde la infancia de la ideología de esta formación socialista y antisionista.
Su familia se instaló luego, con él aún muy pequeño, en Varsovia.
"Varsovia es mi ciudad. Fue aquí donde aprendí polaco, yiddish y alemán. Aquí, en la escuela, aprendí que había que cuidar siempre de los demás. Aquí también recibí por primera vez un golpe en la cara sólo porque era judío", dijo Edelman en 2001, cuando fue nombrado ciudadano honorario de Varsovia.
Al estallar la segunda guerra mundial, Edelman fue encerrado por los alemanes, junto con casi medio millón judíos, en el gueto de Varsovia. Allí fue mandadero en un hospital, al tiempo que publicaba revistas clandestinas del socialista Bund, al que se había unido como sus padres.
En abril de 1943, los alemanes decidieron liquidar el gueto, donde aún quedaban más de 60.000 judios, ya que la mayoría había sido deportada al campo de exterminio de Treblinka.
Fue entonces que las organizaciones del gueto judío deciden atacar a los nazis en una lucha desesperada y por el honor.
"Sabíamos perfectamente que de ningún modo podíamos ganar. Frente a 220 muchachos mal armados, había un poderoso ejército", explicó Edelman.
"Lo único que teníamos nosotros era una ametralladora, y pistolas, granadas y botellas con gasolina, así como dos minas, una de la cuales ni siquiera estalló", recordó.
La insurrección duró tres semanas. Cuando Mordechai Anielewicz, de 24 años, el comandante de la sublevación, acorralado, se suicidó, Edelman asumió el mando para los últimos días del combate.
En su afán de aplastar el levantamiento, los nazis decidieron quemar el gueto entero, casa por casa. "Fueron las llamas las que nos vencieron, no los alemanes", subrayó.
Marek Edelman, junto con los últimos combatientes que quedaban, logró escapar del gueto el 10 de mayo, por las alcantarillas, tras lo cual se unió a la resistencia polaca.
Un año más tarde participó en el levantamiento de Varsovia de 1944, que costó la vida a 200.000 personas, insurgentes y civiles, y terminó con la demolición casi completa de la ciudad por los nazis.
Al acabar la guerra mundial estudió medicina y se convirtió en un cardiólogo conocido. Aunque la mayoría de los sobrevivientes judíos emigraron a Israel, él decidió quedarse en Polonia.
Interrogado al respecto, respondió: "era necesario que alguien se quedara aquí para cuidar de todos los que habían muerto".
Más tarde, en los años 70, se comprometió a la oposición anticomunista, y luego con Solidaridad, lo que le valió ser detenido, cuando el general Jaruzelski impuso la ley marcial en Polonia, el 13 de diciembre de 1981.
Tras la caída del comunismo, en 1989, fue elegido senador en la listas de Solidaridad y luego en la de la Unión Democrática, partido fundado por el primer ministro Tadeusz Mazowiecki, al que siguió siendo fiel.
Desde Lodz (centro), donde vivía, siguió denunciando, hasta su muerte, el racismo y el antisemitismo en Polonia y en el mundo.

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