"Sumatra está maldita, Alá nos ha abandonado"
Los indonesios no encuentran otra razón para explicar su desgracia. "Sumatra está maldita", «¡Alá nos ha abandonado!», gritaba ayer entre sollozos y frente a las cámaras una mujer de la ciudad de Jambi que buscaba a su marido entre la montaña de cascotes a la que se ha reducido su vivienda. El terremoto del miércoles sólo provocó unas pequeñas grietas en el domicilio familiar, pero el segundo, de magnitud 6,8 en la escala de Richter y sufrido a las 8.52 de la mañana de ayer mucho más cerca de su casa, ha dejado la devastación general en una ciudad sobre la que ahora cae un diluvio.
Por si dos seísmos en menos de 24 horas fueran poco drama, las víctimas se enfrentan ahora a la desgracia añadida de las inundaciones. El agua alcanzaba ayer una altura de entre 20 y 50 centímetros en algunas de las zonas más afectadas por ambos terremotos, suficiente para ahogar a muchos de los que han quedado sepultados. «¿Dónde están los equipos de rescate?», preguntaba desesperado, a un reportero, un padre cuya hija permanecía anoche con vida bajo un amasijo de hormigón y hierro.
El Ejército se puso ayer manos a la obra, pero faltan efectivos. Anoche no había siquiera luz para que la población pudiera buscar con sus propios medios a los suyos. Así, lo que no deja de crecer es el número de víctimas mortales. El último recuento oficial lo fijaba en 770, aunque el secretario general adjunto de la ONU, John Holmes, elevó el saldo de fallecidos a 1.100.
El ministro de Bienestar Social, Aburizal Bakrie, comparó el daño con el causado por el último gran terremoto sufrido por Indonesia, el que asoló la ciudad javanesa de Yogyakarta hace tres años. Dejó 6.000 muertos. Por si no fuera suficiente, un grupo de científicos alerta de la posibilidad de que se den más movimientos telúricos «incluso más fuertes de los sufridos esta semana» en la franja llamada Mentawai, una línea submarina de 700 kilómetros situada frente a la costa de Sumatra.
«Vuelta al infierno»
Sin embargo, a 5.000 kilómetros hacia el este, en los minúsculos países de Samoa y Tonga, las posibilidades de encontrar supervivientes son mínimas. El 'tsunami' que asoló sus costas el miércoles por la mañana ha dejado, oficialmente, 154 muertos (115 en Samoa, 30 en la Samoa estadounidense y 9 en Tonga).
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