El vendedor de camisetas que sacó el rostro de Mao y puso el de Obama con el uniforme del fundador de la República Popular China
Cuando Liu Mingjie insertó con el Photoshop el rostro del presidente de EEUU, Barack Obama, entre la gorra y el cuello del difunto fundador de la República Popular, Mao Zedong, poco imaginaba que en las antípodas se había forjado el término de "Obamao", pero en sentido peyorativo. "No sabía que estaban acusando a Obama en EEUU de ser un comunista", declaró hoy a Efe Liu Mingjie, propietario de una tienda de camisetas de diseño en el centro de Pekín. "Me enteré después".
Liu, un diseñador gráfico de 39 años que montó su propio negocio en 2007, dijo que se le ocurrió la idea disfrazar a Obama de Mao al observar cómo los turistas se ponen la gorra del Gran Timonel cuando visitan China, "pero inclinada".
"Llevan la gorra militar con la estrella roja, como si tuvieran nostalgia. Imaginé que si Obama visitara Pekín también se pondría esa gorra y la chaqueta militar para conseguir popularidad entre los chinos. Todo empezó con esa broma", asegura este hombre risueño que se confiesa admirador de Mao.
Desde que creó el diseño "Obamao", la tienda de Liu, "Elegancia sincera" ("Jinxiu Qiancheng"), ha triplicado sus ventas: 300 camisetas y mil monederos con el rostro presidencial.
Con la adopción del capitalismo desde 1978, Mao se ha convertido en un icono comercial estampado en recuerdos para turistas que se vende tanto en figuritas de yeso, como en llaveros o relojes, pero también ha sido objeto de inspiración pop para artistas y artesanos.
Liu, antiguo empleado de Siemens, era uno más de estos artesanos de la calle Yandai Xie, junto al lago Houhai, hasta que empezó a estampar su "Obamao". Locales y extranjeros se paran ante su aparador y exclaman "¡Obama!", y éste saluda estático y sonriente con su mano izquierda, embutido en Mao y estampado en bolsos, camisetas y monederos.
"Obamao", con derivaciones como "Obamunismo", fue inventado por la actual oposición de EEUU, que tilda a Obama, primer líder negro en la Casa Blanca, de socialista o comunista por sus políticas impositivas y públicas; sin embargo, los analistas empiezan a hablar también de Guerra Fría entre Washington y Pekín.
Liu, ajeno a la política como la mayoría de sus 1.300 millones de compatriotas y centrado en la armonía social que promueve su gobierno autoritario, sólo pensó que Obama era popular y simpático.
"Tiene una buena familia, buenas hijas y una buena mujer. Seguro que él es también un buen hombre. Me parece muy simpático. En China a todos nos gusta Obama, todos lo conocen. No porque el color de su piel sea negro, quizás el próximo sea amarillo, y también nos gustaría", ríe sonoro.
La mayoría de estadounidenses que entran en su tienda exclaman '¡Oh Dios mío!' al ver la camiseta, afirma. "Un 90 por ciento se declara pro Obama, y el otro 10 por ciento dice que lo odian y que lo que pone en la camiseta es cierto, que es un comunista".
Precisamente son los estadounidenses quienes más compran su "Obamao", un 40 por ciento; otro 20 por ciento son turistas de otros países o de Hong Kong; y los restantes, chinos. Explica que un americano le ha encargado 120 camisetas para regalar a sus amigos cuando regrese a su país.
Dice Liu que no se atreve a vender en internet por miedo a la piratería: "Si me copian el resto de chinos, pueden producir millones de camisetas". Pero la tendencia va a ser imparable: el nuevo icono empieza a venderse también en Dashanzi, el distrito pequinés de arte contemporáneo más importante de China.
El diseñador asegura que la idea para su negocio surgió de sus viajes a Europa, donde viven sus padres, y que su formación le ha dado una ventaja sobre el resto de comerciantes de la pintoresca calle.
Su imaginación no deja de trabajar, y se le está ocurriendo hacer una serie "Obamao" de ropa interior que "puede ser muy divertida", o convertir a Obama en una especie de "Tintín" en series tales como "Obama en Shanghai", "Obama en Cantón" y "Obama en Pekín" en las que el hombre más poderoso del mundo vestiría trajes tradicionales.
En cuanto a trasladar la idea a otros políticos extranjeros, no cree que vaya a prosperar: "En China sólo conocemos a los americanos. Si hago una camiseta de (Vladimir) Putin, nadie la comprará. ¿Españoles? Sólo son populares jugadores de fútbol del 'Huangjia Madeli' (Real Madrid). Y latinos, Fidel Castro y el Che Guevara, pero ellos ya eran comunistas..."
Quizás Liu pueda hacer realidad su sueño de ver a Obama con su gorra verde, ya que el presidente estadounidense tiene prevista una visita a China en noviembre.
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