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CAUSA ABIERTA

Prepararse para la guerra pero sin lastimarse

Prepararse para la guerra pero sin lastimarse

Continúa en Uruguay el debate sobre los ejercicios extremos que le costaron la vida a un efectivo del Ejército. El presidente Tabaré Vázquez suspendió tales prácticas y los militares, como era de esperar, no entienden cómo se puede cumplir una orden del primer mandatario, cuando el eje de la vida militar es, precisamente, la preparación para la guerra. En ese sentido hoy el diario El País informa que Oficiales del Ejército defienden los ejercicios extremos tras la decisión presidencial de suspenderlas. El Ejército dice que el oficial fallecido no llevaba lastre, y un diputado habla de contradicciones entre la versión militar y el parte médico. Las fuerzas de elite del Ejército uruguayo alcanzan todos los años los primeros lugares en las competencias militares internacionales. En las pruebas con sus similares de la región es un fracaso cuando llegan al tercer lugar. En tiempos de paz y escaso presupuesto la explicación es una sola: entrenamiento. La muerte del alférez Carlos Olivera el miércoles 2 en una prueba acuática en el Batallón 14 de Toledo puso sobre el tapete la forma en que la fuerza de tierra entrena a sus efectivos y determinó que el presidente Tabaré Vázquez ordenara al ministro de Defensa, Gonzalo Fernández, que ponga fin a ese tipo de entrenamientos. La orden cayó por sorpresa en la fuerza. Algunas fuentes castrenses se plantearon serias dudas sobre el modo de cumplimiento del mandato presidencial puesto que el eje de la vida militar es la preparación para la guerra y su dureza determina la calidad de la formación de los efectivos.
El curso de comando en el que falleció Olivera es el de mayor exigencia que se realiza en el país y la currícula es la misma desde hace 10 años. No hay antecedentes de fallecimientos en pruebas de este tipo.
"Estas cosas pasan porque somos militares, si fuéramos comerciantes u oficinistas no estaríamos expuestos a tragedias como la del alférez", explicó un oficial de alto rango.
Muchos de los efectivos que reciben esa preparación se han destacado en diversas acciones en las misiones de paz.
Los oficiales consultados manifestaron que el accidente provoca la discusión sobre los objetivos del entrenamiento militar y recordaron que una de las misiones esenciales de la vida de cualquier Ejército es el reconocimiento del terreno. "¿ Y si no lo hacemos nosotros quién lo hará?", se preguntó uno de los informantes.
El diputado Esteban Pérez (Espacio 609) manifestó a El País su preocupación con respecto a los ejercicios de entrenamiento y denunció que conoce casos de soldados "estaqueados" como forma de castigo durante las pruebas. Este extremo fue negado por diversas fuentes militares que subrayaron que el contacto físico y los castigos corporales están prohibidos en la formación de oficiales o personal subalterno y que las sanciones a quienes rompen la regla pueden llevar a la baja del instructor.
Pérez realizará un pedido de informes al Ministerio de Defensa sobre los ejercicios que llevaron a la muerte del alférez Carlos Olivera González. Aclaró que meterse en una piscina con casi 40 kilos de peso y desarmar un arma mientras es empujado hacia el fondo por varios compañeros no es el único ejercicio extremo que se realiza en el Ejército, en particular en el Batallón 14 donde están las fuerzas de elite.
Señaló que tuvo conocimiento de que un sargento sintió un dolor en el pecho en ocasión de una rutina de entrenamiento, se le ordenó no detenerse y falleció de un infarto.
En ese sentido, afirmó que se realizan ejercicios de otras características en algunas unidades militares. "A mi me llamó la atención uno que era criar una mascota, por ejemplo un perro y después matarlo y comerlo. Hacían guiso de perro hervido. Yo no sé si esto sigue siendo así en la actualidad, he tenido el comentario de varias generaciones de ex soldados que dicen que esto era parte de los ejercicios de entrenamiento", afirmó. Fuentes castrenses aseguraron que esas prácticas existieron y tuvieron lugar en el año 1978 en el Batallón 14 cuando el mando de la unidad y algunos oficiales fueron severamente sancionados.
El diputado Pérez también mencionó que se realizan pruebas de infantería que implican el envío de personal al campo sin comida ni agua con la orden de llegar a un lugar a más de 30 kilómetros. "No puedo decir que esto esté pasando en la actualidad, sé que en el comienzo de esta legislatura sucedía, hice varias denuncias al respecto, supongo que se corrigieron", explicó el legislador.
Ejército: el alférez fallecido no llevaba lastre en prueba comando
Tras la decisión del presidente Tabaré Vázquez de concluir los ejercicios extremos hubo una reunión entre el nuevo ministro de Defensa, Gonzalo Fernández, con el comandante del Ejército, Jorge Rosales, para analizar la medida. Si bien no trascendieron los detalles de la reunión, el Comando General del Ejército emitió un comunicado en el que se manifestó "conmocionado" por el fallecimiento del joven oficial.
"Este Comando General sufre conmocionado la gravedad del accidente, y se encuentra por lo pronto haciendo lo posible por satisfacer las circunstanciales necesidades de los familiares del camarada fallecido", dice el comunicado. No obstante, desmintió que el oficial fallecido portara una mochila con lastre como fue difundido por algunos medios y mencionado por el diputado Esteban Pérez.
El Ejército calificó esas versiones como "tergiversadas" y detalló que el equipo que portaba el oficial fallecido, "al igual que el resto de los cursantes e instructores", consistía "exclusivamente" en el uniforme operacional compuesto por pantalón y casaquilla y el equipo de inmersión: aletas, careta y snorkel. Aclara que se mantendrá "a la espera" de las actuaciones de la justicia.
El diputado Pérez denunció que hay una contradicción entre la versión del Ejército, que indica que el oficial falleció por un paro cardíaco mientras era trasladado, y el parte médico que señala que falleció ahogado.

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