Chile: atacan con bombas molotov un cuartel en Santiago

Un detective resultó hoy herido cuando varios encapuchados que aparentemente conmemoraban el aniversario del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 en Chile lanzaron bombas molotov, piedras y pintura contra un cuartel de la Policía de Investigaciones (PDI) en Santiago. La agresión afectó al cuartel de la Brigada de Homicidios de la PDI, situado en la calle Condell, del sector santiaguino de Providencia. Durante el ataque, perpetrado por una decena de individuos a los que luego se unieron otros 30, aproximadamente, un detective fue agredido y sufrió lesiones diversas, incluida la pérdida de tres piezas de dentales dijo a Efe un funcionario de la PDI. El afectado, identificado como el subinspector Israel Andrade Oporto, se encuentra grave, pero estable, precisó la fuente. Los encapuchados, según testigos, marchaban por la calle y sin aviso procedieron a lanzar las bombas y demás objetos contra el cuartel, tras lo cual se refugiaron en un local de la Universidad de Humanismo Cristiano, situado al frente. También dejaron en el lugar una pancarta con la leyenda: "A 36 años del golpe fascista, este es nuestro mejor homenaje" y que, además, incluía los nombres de tres personas que murieron en situaciones de violencia en Chile, dos de ellas afiliadas a grupos anarquistas. Se trata de Claudia López, una joven bailarina muerta por disparos de desconocidos el 11 de septiembre de 1998 durante incidentes en el sector santiaguino de La Pincoya, y Mauricio Morales, muerto hace algunos meses al explotar una bomba que él mismo portaba, también en Santiago. El tercer nombre que aparece en la pancarta es el de Jaime Mendoza Collío, un joven comunero mapuche muerto por una bala policial el pasado 12 de agosto en la sureña región de La Araucanía. Hasta el lugar llegaron poco después del incidente, ocurrido a las 14.00 horas locales (18.00 GMT), efectivos antimotines de carabineros, apoyados por carros de agua y lanzadores de gases, que procedieron a desalojar la universidad y a tender un cerco de seguridad en el sector, pero sin que se registraran detenciones. En el Gobierno, el subsecretario del Interior, Patricio Rosende, condenó el ataque y calificó de "desquiciados" a sus autores. "Vamos a perseguir a estos desquiciados con todas las herramientas que tenemos" aseguró Rosende, y añadió que "las fuerzas del orden van a actuar con rapidez y oportunidad, para poner tras las rejas a quienes pretendan alterar la tranquilidad de los chilenos". "No hay espacio para la violencia, para el pillaje, para el saqueo", afirmó el funcionario, quien subrayó, además, que el uso de bombas molotov "es un delito especialmente grave, por el daño indiscriminado que puede ocasionar".