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CAUSA ABIERTA

Argentina: Una beba logró sobrevivir a sus hermanas siamesas

Argentina: Una beba logró sobrevivir a sus hermanas siamesas

El 12 de agosto, Alejandra Sánchez dio a luz a dos gemelas sin posibilidades de vida y a Luisana, que nació sana. La chiquita ya está por recibir el alta y se convirtió en un caso inédito en la Argentina, según informa hoy el diario "Clarín". Alejandra Sánchez (32) y Hugo Chuquel (35) buscaban su sexto hijo y, con siete semanas de embarazo, se enteraron de que venían dos. A las nueve semanas supieron que uno de los fetos tenía anencefalia y no podría sobrevivir. Decidieron luchar por el bebé sano. Y aún cuando el bebé enfermo resultó ser siamesa, siguieron adelante. Una intervención médica permitió llegar hasta las 32 semanas y media de gestación, y así nació Luisana, sin ninguna secuela. Probablemente mañana le den de alta en el Hospital Universitario Austral (HUA), de Pilar.
Éste es el primer caso que se conoce en la Argentina de un embarazo triple de un par de gemelos siameses y un tercer bebé sano, y el tercero en América Latina. Sólo hay 15 antecedentes en todo el mundo, pero en general han tenido peor desenlace.
La anencefalia es uno de los defectos en el tubo neural, que se produce por carencia de ácido fólico, en el primer mes de gestación, al no cerrarse el tubo que protege la médula espinal. "No se cierra la bóveda craneana, por lo que el cerebro se forma, pero se destruye al nacer", explica el doctor Adolfo Etchegaray, director de la Unidad de Medicina Fetal del HUA.
El segundo problema fue que la vida de la beba sana corría grave peligro porque en la otra placenta el líquido amniótico iba aumentando, debido a que el feto malformado era incapaz de deglutir. Esto implicaba un riesgo de parto prematuro, con la posibilidad de que la beba sufriera secuelas: "Al aumentar de tamaño el útero, éste lo interpreta como que el embarazo llegó a término, y la madre puede romper bolsa o empezar con contracciones", señala Etchegaray.
"Aún sin anencefalia el pronóstico era grave. Era una bomba de tiempo", agrega. El embrión malformado tenía dos pares de piernas y de brazos, pero un solo corazón y una sola cabeza; por eso los médicos hablan de la siamesa, en singular. "El 60% de los siameses muere antes de nacer; y de los que nacen, el 35% muere poco después", apunta el especialista. "En mi panza no había más lugar; además, eran super activas –cuenta Alejandra–. No podía respirar, no comía, no dormía; no me podía acomodar en ningún lado, ni en la silla ni en la cama". Con el objetivo de prolongar el máximo posible la gestación, los médicos decidieron "proteger al bebé sano sin agredir al bebé enfermo, por más que tuviera una patología letal", recuerda Etchegaray. En los pocos casos que se conocen, algunas veces se interrumpió el embarazo, o se extrajo el feto malformado, lo que implicó también la muerte del bebé sano. Otras veces se adoptó una actitud expectante, con diferentes resultados para el bebé normal. En el caso de Alejandra, se decidió realizar un amniodrenaje descompresivo: punzar con una aguja hueca la bolsa de la siamesa y extraer un litro y medio de líquido amniótico (ver Un desafío...). La intervención se hizo a las 29 semanas de gestación, tras haber determinado que era el momento más oportuno. Antes de reducir el exceso de líquido, se suministraron corticoides a la mamá, para acelerar la maduración de los pulmones de la beba. El 12 de agosto, por cesárea, nació Luisana. La siamesa sobrevivió 30 minutos. Con 1,770 kilo, Luisana estuvo en incubadora hasta hace pocos días, alimentándose por sonda con leche de su madre. Hace cuatro días se prendió a la teta y ya pesa 1,900 kilo. "Pensé que iba a llevar más tiempo, pero parece que el miércoles ya nos vamos. Los hermanos no la conocen y están esperándola para malcriarla", sonríe la mamá.

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