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CAUSA ABIERTA

Colombia: sacerdote y sepulturero dirimen pleito a las trompadas

Colombia: sacerdote y sepulturero dirimen pleito a las trompadas

El caso se registró el pasado viernes en la Capital del Magdalena, luego que el religioso le llamara la atención a dos trabajadores. Una vieja rencilla entre dos sepultureros que trabajan independientes en el cementerio San Miguel y el sacerdote que administra el campo santo terminó, el pasado fin de semana, en una pelea que dejó como resultado un hombre con el ojo hinchado y problemas en la retina y demandas ante la Fiscalía. La pelea ocurrió el pasado viernes cuando el sacerdote Fajid Álvarez llamó la atención a dos trabajadores que realizaban reparaciones a una tumba del cementerio sin el debido permiso del Clero, ya que la Iglesia Católica es la encargada de administrar el cementerio desde 1918 cuando le fue cedido por el municipio, y desde hace dos años el religioso fue designado como el representante legal. Lo que comenzó como un regaño en segundos cambio de color. Según Jorge Paredes, quien resultó agredido, el religioso utilizó improperios y amenazó con mandarlos a "matar" si continuaban viniendo al cementerio a realizar trabajos sin ningún permiso. Por su parte, el sacerdote contó que ya les había advertido que los trabajos que realizaran los mandaba a tumbar porque no estaban autorizados por la Curia. "El primero me comenzó a insultar casi que en la cara y cuando vi que me venía para encima con un martillo y un cincel en la mano lo empuje", señaló el sacerdote, quien aseguró que al ver que el otro hombre también venía agredirlo con un tarro de mezcla se le adelantó y le pegó un puño en la cara. "Me empujo un trompón en el ojo izquierdo y ahora no puedo ver por ahí", dijo Paredes quien fue a Medicina Legal y un centro medico en el que según él asegura que tiene daños en la retina y cornea por la fuerza del golpe. El hombre interpuso la denuncia ante la Fiscalía por agresión. Ante estas acusaciones el sacerdote no se quedó con lo brazos cruzados: "Yo solo me defendí. Como religioso soy respetuoso, pero también soy un hombre y no voy a dejar que nadie me la venga a montar", enfatizó. El enfrentamiento con los trabajadores independientes que llegan al cementerio comenzó desde que el sacerdote asumió la administración para "poner la casa en orden y reglamentar lo trabajos que de manera aislada cada uno quería hacer en las tumbas para ganar dinero". "Quiero que la ciudad tenga un campo santo y para ello tengo que organizar todo, pero no necesito a estos señores, para eso contratamos a una personas que se encarga de atender cualquier requerimiento de los dolientes", manifestó el sacerdote. Entre tanto, Paredes asegura que lleva 22 años trabajando en el San Miguel. Primero 20 con la Diócesis y luego dos y medio con la Fundación Juan Pablo II cuyo representante el padre Fajid, lo despidió cuando inicio su proceso de reestructuración. "Tengo cinco hijos que mantener, y este cura no hace sino que insultarnos y amenazarnos cada vez que nos ve trabajando", señala el hombre quien al igual que otros seis viven del rebusque limpiando y haciendo mantenimiento a las tumbas. Pero el padre Fajid el problema radica en que el cementerio permaneció muchos abandonado y estos trabajadores hacían y cobraban lo que querían y ahora que se está poniendo orden no lo aceptan. "Hablé con una constructora para que les diera trabajo, pero ellos no aceptan y yo lo que si no voy a permitir es que vengan a montármela". (El Comercio)

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