Latinoamérica ¿anclada en la Guerra Fría?
Cuando están a punto de cumplirse 20 años de la caída del muro de Berlín y la "guerra contra el terrorismo" sustituyó a la "Guerra Fría" en la agenda de la seguridad mundial, en América Latina podría pensarse que algunos de los fantasmas de la época previa a la caída de la Cortina de Hierro todavía sobreviven. "Honduras ha parado el plan expansionista del comunismo disfrazado de democracia", declaró a principios de agosto Miguel Ángel García Padgett, comandante general del ejército hondureño, en relación al golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel Zelaya. "Una agresión contra Venezuela recibiría respuesta no sólo desde Venezuela. Varios países se irían a las armas. Lo tengo claro, un gran movimiento antiimperialista se levantaría en estas tierras", declaró el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, hace apenas unos días en su programa de televisión "Aló Presidente", a propósito del acuerdo de colaboración militar entre Colombia y Estados Unidos. "Comunismo", "plan expansionista", "movimiento antiimperialista"… Aunque motivadas por causas diferentes, el tono de estas palabras nos remite a un tiempo en el que los soviéticos todavía eran los malos de las películas de Hollywood. Este lenguaje quedó obsoleto en la mayor parte del mundo, pero parece no haber perdido vigencia en América Latina. ¿A qué se debe? Acontecimientos recientes -el golpe de Estado en Honduras o el debate en torno de la presencia de militares estadounidenses en Colombia son sólo dos ejemplos- han devuelto las declaraciones de algunos políticos de la región a un vocabulario que tiene sus raíces en la Guerra Fría. "Este lenguaje se relaciona con el discurso nacionalista que utilizan ciertos gobernantes cuando tienen amenazas externas", comentó a BBC Mundo Alberto Spíndola, director de Estudios Europeos de la Universidad de Bradford, en el Reino Unido. "Es un tipo de lenguaje que se ha convertido en el discurso de gobierno en unos pocos países de América Latina, sobre todo en los del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas) y en cierto modo en Colombia. En el resto de América Latina, no es un discurso dominante", dijo por su parte Francisco Panizza, profesor de la London School of Economics. Cabría preguntarse en qué medida la situación social actual es similar a la que se vivía en el continente antes de la caída de la Unión Soviética. "Donde se ven resabios de las etiquetas de la Guerra Fría es en los países en los que hay más inestabilidad, en los cuales se explican ciertos fenómenos ya sea en términos de comunismo o fascismo. Sin embargo, en la región no hay un partido comunista firme. Así que el fantasma del comunismo no tiene sentido", apuntó Spíndola.
Golpe en Honduras
Sin embargo, el tono de todas estas declaraciones refleja –o enmascara- problemas reales de actualidad. El martes, la vicecanciller del gobierno interino de Honduras, Martha Lorena Alvarado, acusó de "izquierdista" a la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se encuentra en el país centroamericano para investigar presuntas violaciones de las libertades civiles tras el golpe de Estado del 28 de junio. "Hay una enorme infiltración de la izquierda en las organizaciones de derechos humanos", aseguró Alvarado. Según Panizza, la explicación del "anticomunismo" del gobierno hondureño tiene que ver con la necesidad de algunos regímenes de crear un enemigo externo. "En Honduras funciona muy bien para los golpistas encontrar un enemigo en la alianza entre Zelaya y Chávez para intentar cohesionar a los sectores conservadores de la sociedad. El anticomunismo funcionó siempre como una amenaza externa al orden social y así ha sido con los golpistas de Honduras", precisó.
Discurso "antiimperialista"
De cierto modo, y salvando las distancias, argumentos similares –la necesidad de encontrar un enemigo externo- podrían servir para explicar el "antiimperialismo" explícito en el discurso Chávez. "En casos como el de Venezuela, la lucha interna se agudiza y la gente caricaturiza. Así, algunos pintan a Chávez como un comunista y los chavistas pintan a la oposición como agentes del imperialismo en un lenguaje que recuerda a la Guerra Fría, pero que no pasa de ser reflejo de desarrollos nacionalistas", comentó Spíndola. Otros analistas relacionan el discurso antiimperialista de Chávez con el que durante años mantuvo Fidel Castro en Cuba. "Debemos tener en cuenta que en América Latina subsistió el último bastión de la Guerra Fría, que es Cuba. En este sentido, la Guerra Fría nunca se acabó en la región", sugirió Panizza. Spíndola añadió que, paradójicamente, los tintes procedentes de la Guerra Fría en el discurso "oficial" del gobierno de Cuba parecen haber ido remitiendo en los últimos años. "El lenguaje de Chávez yo creo que se parece al que utilizaba Fidel Castro, pero no al que utiliza Raúl Castro. La actual dirigencia cubana es más pragmática".
El caso de Colombia
Un caso muy distinto es el de Colombia, donde la supervivencia de un discurso anclado en la Guerra Fría tiene matices y razones particulares. Por un lado, en el país sudamericano perdura uno de los últimos grupos guerrilleros autodenominados marxistas. Por otro lado, el discurso "antiizquierdista" es visible en algunos sectores de la sociedad. "En Colombia no existe tanto un discurso anticomunista en abstracto como un discurso concreto contra las FARC. Y en los últimos tiempos, en la medida que el gobierno de (Álvaro) Uribe ha relacionado en su discurso a las FARC con Chávez, el antichavismo también caló en la sociedad", sugirió Spíndola. Otros analistas relacionan el discurso antiimperialista de Chávez con el que durante años mantuvo Fidel Castro en Cuba. "Debemos tener en cuenta que en América Latina subsistió el último bastión de la Guerra Fría, que es Cuba. En este sentido, la Guerra Fría nunca se acabó en la región", sugirió Panizza. Spíndola añadió que, paradójicamente, los tintes procedentes de la Guerra Fría en el discurso "oficial" del gobierno de Cuba parecen haber ido remitiendo en los últimos años. "El lenguaje de Chávez yo creo que se parece al que utilizaba Fidel Castro, pero no al que utiliza Raúl Castro. La actual dirigencia cubana es más pragmática". (Análisis de la BBC)
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