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CAUSA ABIERTA

El calvario de una mexicana en Estados Unidos llegó a su fin

El calvario de una mexicana en Estados Unidos llegó a su fin

Una mujer mexicana que estuvo dos décadas en prisión después de ser condenada por conspirar para matar a un hombre, quien según señalaron posteriormente las autoridades la había violado y torturado, obtuvo un permiso de residencia para que permanezca en Estados Unidos. María Suárez, quien ingresó al país legalmente en 1976, dijo que obtuvo su tarjeta de residencia permanente, conocida como "green card" (tarjeta verde), después de poseer una visa especial para víctimas de tráfico de personas durante más de cuatro años. "Esta es hermosa", comentó el martes Suárez, de 49 años, sobre la nueva tarjeta. "Tiene más dolor, más lágrimas; tiene tanta experiencia", enfatizó. Suárez llegó al sur de California siendo adolescente en 1976 y fue atraída con engaños para trabajar con Anselmo Covarrubias, de 68 años, quien decía ser un médico hechicero. Covarrubias llevó a Suárez a su casa, la violó en varias ocasiones y durante cinco años la controló emocional, física y financieramente, según documentos de la junta de libertad condicional. Covarrubias fue asesinado por un vecino en 1981. Suárez, quien limpió y escondió el arma homicida, fue condenada por conspiración para cometer asesinato y estuvo en prisión más de 22 años. Recibió libertad condicional en el 2003, pero enfrentaba la amenaza de deportación a México. Ella perdió su tarjeta de residencia debido a la condena. Luego de su liberación, pudo permanecer legalmente en Estados Unidos después de obtener la visa para víctimas de tráfico de personas. El año pasado, logró que la Corte Suprema invalidara su condena por parte de un jurado y se declaró culpable de un delito menor, homicidio involuntario, dijo Brigit Greeson Alvarez, una de sus abogados. Eso ayudó a Suárez a solicitar su residencia permanente, lo cual la regresa a su estatus de inmigración que tenía antes de iniciar su dura experiencia. Sharon Rummery, una vocera del Servicio de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos, rechazó hacer comentarios sobre el caso. Desde su liberación en el 2004, Suárez ha estado trabajando como consejera de víctimas de violencia intrafamiliar y educando personas sobre el tráfico humano. Con su tarjeta de residencia, Suárez espera poder llevar ese mensaje a Latinoamérica y naciones asiáticas para evitar que los traficantes atraigan a mujeres pobres y vulnerables con historias engañosas sobre una vida opulenta en Estados Unidos. "Quiero ir desde abajo, donde necesitamos realmente comenzar a educar a la gente y concientizarla de lo que está ocurriendo", señaló.

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