Zelaya: "¡No hay negociaciones con los golpistas, no hay!"
El depuesto presidente hondureño, Manuel Zelaya, busca organizar en la ciudad nicaragüense de Ocotal, cerca de la frontera con Honduras, un "frente cívico de resistencia contra el golpe", en tanto en Tegucigalpa el Congreso hondureño debate este lunes una propuesta del mediador Óscar Arias. Zelaya descartó seguir negociando con el Gobierno hondureño de facto y dijo que organizará un frente cívico desde la ciudad de Ocotal, en la frontera con Nicaragua. "¡No hay negociaciones con los golpistas, no hay!", afirmó la noche del domingo en un albergue en Ocotal, 220 kilómetros al norte de Managua, donde se concentran seguidores que cruzaron la frontera desde Honduras. Además, dijo que finalmente no viajará esta semana a Washington ni a una cumbre mesoamericana en San José. "No puedo dejar aquí a la gente que está viniendo de Honduras", explicó. "No me estoy moviendo ahora de Ocotal", dijo, afirmando que pretende "organizar" allí "el frente nacional cívico de resistencia contra el golpe que está dando una batalla cívica todos los días". Grupos de entre 20 a 50 personas entran a la localidad fronteriza de Las Manos a través de montañas, para evadir los obstáculos y retenes militares sobre la carretera y se han instalado en Ocotal, en condiciones precarias. Ante esto, el gobierno de facto de Roberto Micheletti amplió a este lunes el toque de queda en la zona fronteriza con Nicaragua, que viene rigiendo desde el viernes al mediodía. Mientras, el Congreso hondureño debatirá este lunes una propuesta de Arias elogiada por el gobierno de Micheletti y respaldada por los militares, aunque no aceptada porque contempla restituir a Zelaya. El Congreso, que ha sesionado pocas veces desde el golpe de Estado del 28 de junio, fue citado después de que el jueves gobierno de Micheletti remitiera a los demás poderes del Estado el plan del presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz. La propuesta de Arias fue elogiada por el gobierno de facto, que sin embargo dijo que "será difícil suscribirlo", en tanto las Fuerzas Armadas hondureñas respaldaron el proceso de diálogo, aunque luego matizaron diciendo que eso no implicaba aceptar que vuelva Zelaya. La ambigüedad en las declaraciones de los militares y el Gobierno de facto podría estar dirigida a atenuar las protestas de los 'zelayistas', que se profundizan desde el jueves, cuando Zelaya llegó a la zona fronteriza desde Nicaragua para intentar volver a Honduras. El debate del plan de Arias en el Congreso, dominado por los seguidores de Micheletti, también podría buscar dar una muestra al mundo de que un retorno de Zelaya -o el rechazo a que vuelva- no depende de alguien en particular, sino de la voluntad todos los poderes del Estado. De hecho, el ministro de Gobernación (Interior), Óscar Raúl Matute, al enviar la propuesta de Arias al Congreso y la Corte Suprema para que se pronuncien sobre ella, declaró que el plan involucra "poderes e instituciones de competencia y jurisdicción propias sobre las que el Poder Ejecutivo no puede ni debe invadir".
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