Cierran tres playas de Tarragona tras morder un pez lirio a una niña

El temor a la presencia de un tiburón agresivo ha llevado este viernes a cerrar tres playas de la costa de Tarragona. Aunque un pez ha mordido a una niña de once años en el pie y ha habido que ponerle diversos puntos de sutura, al parecer no se trataría de un tiburón sino del agresivo pez lirio, mucho más común en la zona. La falsa alarma ha llevado a cerrar al baño las tres playas de El Vendrell (Sant Salvador, Coma-Ruga y El Francàs) y la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos, que inicialmente ha interpretado que la herida era "compatible con una mordedura de tiburón" ha enviado a un experto en esta especie a la zona. Tras analizar lo sucedido sobre el terreno, sin embargo, la CRAM ha aclarado que lo más probable es que la herida de la bañista -de unos seis centímetros- sea de un pez lirio y no de un tiburón. Las playas se reabrirán mañana al baño si el tiempo lo permite. "Ni yo ni ninguno de mis compañeros habíamos visto nunca" un ataque así de ningún pez en las playas de El Vendrell, ha explicado Assumpció Soler, que lleva desde el año 1986 en la Cruz Roja y que se ha llevado un buen susto al ver la herida de la niña. El temor también se ha visto alimentado por la coincidencia con el hallazgo esta mañana de una tintorera (de la familia de los tiburones) de más de dos metros de largo en la playa de Pineda, en Vila-Seca. El animal -un macho adulto- estaba vivo y presentaba "estado orgánico de enfermedad" y un "comportamiento no normal", según ha explicado el director del CRAM, Ferran Alegre. Según el CRAM, "el pez lirio es conocido por los pescadores por la fuerza de sus mandíbulas y su alta agresividad. Llega a medir más de un metro y se desplaza gregariamente". Aunque los tiburones tintorera también son característicos del mediterráneo, no es normal que se aproximen tanto a la costa ni tampoco se les considera agresivos, aunque sí pueden morder como una actitud defensiva.
En los últimos veranos ha sido noticia su avistamiento en playas de Tarragona, donde los bañistas incluso llegaron a capturar un ejemplar que llevaba varios días rondando las playas.
Pese a que no se considere una especie peligrosa, Tarragona decidió entonces que las playas se cerrarían ante cualquier avistamiento. (La Vanguardia)