EEUU: primer paciente con manos transplantadas quiere sentir las manos de su esposa
El primer paciente en Estados Unidos al que se le transplantaron ambas manos puede mover un poco sus dedos y asir una pelota de tenis, pero lo que más le gustaría es sentir las manos de su esposa cuando las toca. Jeff Kepner estaba tomado de manos con su esposa cuando se reunió con periodistas el jueves para informarles sobre su recuperación en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, en donde le realizaron la operación de nueve horas a principios de mayo. Hasta el momento, no puede sentir lo que toca con sus nuevas manos porque los nervios no han crecido. Estos crecerán como dos centímetros y medio al mes, dijeron los doctores. Kepner contó que hace terapia diaria a fin de desarrollar fuerza muscular para usar sus manos, y espera inspirar a quienes necesitan una operación similar. Kepner perdió sus manos y pies hace una década debido a una infección bacteriana, y dijo que al principio se negaba a operarse. "Pensé, ´¿Me están tomando el pelo?´ y dije ´No hay manera de que yo haga eso´", recordó Kepner que le dijo a su esposa cuando ésta le habló de la operación el otoño pasado. Mostrando sus nuevas manos, Kepner dijo el jueves que está satisfecho por haberse hecho la cirugía. No estaba seguro de quererla porque podía manejarse con las prótesis y había leído que el primer hombre en el mundo al que le hicieron la operación rechazó las manos. Pero Valarie Kepner fue persistente. Contactó al centro médico sin decirle a su esposo. Quería que éste recuperara algo de su independencia luego de años bajo su mismo horario. Ella se levanta para ir al trabajo a las 4:30, lo que significaba que él también debía hacerlo. Eventualmente, Kepner se reunió con el doctor W.P. Andrew Lee, el jefe de cirugía del hospital, quien le ayudó a tomar su decisión. Lee dijo que en la cirugía del 4 de mayo participaron 21 cirujanos en equipos de cuatro: dos grupos prepararon los brazos de Kepner y otros dos las manos del donante. Los equipos trabajaron simultáneamente. El centro médico desarrolló un protocolo que busca reducir la cantidad de medicamentos para evitar que el cuerpo de Kepner rechace las manos, dijo Lee. Este tipo de medicinas puede aumentar el riesgo de diabetes, infecciones y otras complicaciones. Aun cuando Kepner no parece estar rechazando las manos y ha tenido un progreso constante, podrían pasar uno o dos años antes de que sea capaz de mover por completo sus nuevos dedos, dijo Lee. El paciente podría quedarse en el hospital por unos meses más.
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