Tres muertos en ataques en la mayor mina de oro del mundo, en Indonesia

Tres personas murieron el pasado fin de semana junto a la mayor mina de oro del mundo, en la provincia indonesia de Papúa, en ataques no reivindicados que según dijo el jefe del ejército este martes podrían haber sido perpetrados por rebeldes separatistas. Dos empleados, un guardia indonesio y un técnico australiano de la compañía estadounidense que explota la mina, el grupo Freeport McMoRan, murieron el fin de semana a manos de personas armadas desconocidas, cerca de la mina. Una tercera víctima, un policía, fue descubierta el lunes en el fondo de un barranco. El general Djoko Santoso dijo a la prensa este martes que hay "indicios" de que el ataque contra la gigantesca mina de Grasberg, donde desde los años 1970 se extrae a cielo abierto oro, plata y cobre, fue efectuado por separatistas del Movimento Papúa Libre. El militar no precisó qué indicios apuntan a que la guerrilla, pobremente armada y organizada, está detrás de los ataques, y sus comentarios contradicen los que este mismo martes hizo un alto oficial de policía de esa provincia indonesia. Los separatistas papúes niegan la autoridad de Yakarta en su provincia, y afirman que obtuvieron la independencia cuando los colonos holandeses partieron en 1961. Además acusan a las empresas extranjeras que explotan los grandes recursos naturales de la zona de no pagar suficientemente a los papúes, unos de los pueblos más pobres del archipiélago indonesio. Sin embargo, Freeport es mimado por el gobierno indonesio, ya que el grupo estadounidense es el primer contribuyente del país. Situada al suroeste de la isla de Papúa, el acceso a la mina, de unos 3,6 millones de hectáreas, está sumamente reglamentado. Desde su apertura, la mina "no ha dejado de ser una fijación" en las reivindicaciones de los papúes, destaca Rafendi Djamin, de la asociación de defensa de derechos humanos Human Rights Working Group.