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CAUSA ABIERTA

Ultimátum de Zelaya a Micheletti de cara a la próxima negociación

Ultimátum de Zelaya a Micheletti de cara a la próxima negociación

El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, dio el lunes un ultimátum al gobierno interino para que lo restituya en el poder, en la próxima negociación, que probablemente será el sábado en Costa Rica, mientras el país trataba de volver a la normalidad sin toque de queda. "Damos un ultimátum al régimen golpista para que a más tardar en la próxima reunión que se realizará esta semana en San José, Costa Rica, se cumplan los mandatos expresos de las organizaciones internacionales y la constitución de Honduras" que exigen su inmediata restitución, exigió Zelaya desde Managua. Si no se cumple su regreso al poder, "se considerará fracasada la mediación" que se inició el jueves a instancias del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, y "se procederá con otras medidas", afirmó. "Hay otras formas de acción que nosotros ya estamos organizando para mi retorno al país a cualquier costo", alertó el mandatario, y aseguró que está dispuesto a regresar por cualquier punto del país: "Colon, Olancho, Atlántida, Santa Bárbara, San Francisco, Morazán, Cortes", entre otros. El presidente de facto, Roberto Micheletti, aseguró que las negociaciones de Costa Rica para solucionar la crisis política surgida tras el golpe de Estado del 28 de junio se reanudarían el sábado. "Oficialmente se nos ha informado de que posiblemente el sábado seremos convocados de nuevo a Costa Rica", dijo Micheletti en la ceremonia de jura del cargo del nuevo ministro de Asuntos Exteriores de su gobierno, Carlos López. Las comisiones negociadoras de Micheletti y de Zelaya concluyeron el viernes en San José dos días de negociaciones sin avances sobre el punto principal: la restitución del mandatario derrocado como lo exige la comunidad internacional. El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, quien habló el lunes con Arias, le ofreció asistencia técnica para la mediación a fin de contribuir a que las partes "logren un acuerdo", según su portavoz Michele Montas. Estados Unidos, a través del departamento de Estado, reiteró por su parte el lunes su exigencia de restablecer el orden democrático en Honduras. La ministra de Exteriores del gobierno depuesto, Patricia Rodas, dijo en declaraciones a la cadena multiestatal Telesur que la condena del Gobierno de Estados Unidos al golpe de Estado debe pasar de la "proclama a la acción", por lo que propuso "aislar" al Gobierno de facto con sanciones económicas y políticas. "Solicitamos que las sanciones en contra del régimen de facto sean efectivas en términos económicos, en términos de reservas internacionales, en términos de transferencias y desembolsos", explicó. Sin embargo, Micheletti sigue consolidándose en el poder, al que llegó nombrado por el Congreso Nacional para sustituir a Zelaya. El lunes designó a Carlos López como ministro de Exteriores, en sustitución de Enrique Ortez Colindres, quien llamó "negrito" al presidente estadounidense, Barack Obama, generando una enérgica protesta de la embajada en Tegucigalpa. Ortez Colindres fue nombrado ministro de Gobernación el pasado viernes. López anunció que gestionará "la continuación de las relaciones diplomáticas con todos los países amigos", pese a que Honduras fue suspendida de la Organización de Estados Americanos (OEA). También prestaron juramento el lunes el ministro de Recursos Naturales, Valerio Gutiérrez, así como miembros del Consejo del Instituto de la Propiedad. Mientras tanto, el país trataba de recuperar la normalidad en su primer día sin toque de queda desde el golpe, pese a que los principales edificios públicos siguen bajo férreo control militar y ha aumentado la presión sobre los periodistas extranjeros. La intensidad de las manifestaciones en la calle a favor y en contra de Zelaya disminuía. En la capital hondureña, el Bloque Popular que respalda a Zelaya organizó una marcha que no tuvo mucho seguimiento, aunque el dirigente Juan Barahona anunció un acuerdo de los gremios para convocar a un paro nacional en los próximos días, en una segunda fase del proceso de resistencia al golpe. "Queremos una gran huelga general. Esta es nuestra última carta", dijo el dirigente a AFP. El gremio de los maestros -aunque dividido- se mantenía el lunes como uno de los principales bastiones de resistencia contra Micheletti, pese a que la mayor agrupación de maestros llamó a sus afiliados a retomar las clases. "Después de 15 días de disidencia, debemos reformular nuestra estrategia. Pero esto no significa parar la lucha", advirtió.

 

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