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CAUSA ABIERTA

Argentina: la gripe A y las conductas hipocondríacas

Argentina: la gripe A y las conductas hipocondríacas

Para Laura, estar fuera de su casa es sinónimo de contaminación. Desde que apareció la pandemia, tiene un nuevo ritual. Primero: se pone alcohol en gel en las manos por séptima vez cuando sale del trabajo. Segundo: llama a su casa para que sus hijas, de cuatro años y de cuatro meses, se queden en sus dormitorios y para que la empleada la espere mirando por la ventana. Laura le da el OK desde afuera para que abra la puerta. Va derecho al baño. Se desviste y pone la ropa a lavar. Está 40 minutos bajo la ducha. Desinfecta el baño y pasa un trapo en el recorrido que hizo hasta el baño. Último paso: se lava las manos con jabón por 20 minutos y recién ahí saluda a sus hijas. La Gripe A modificó la vida cotidiana de los argentinos. Según los expertos consultados por Clarín, las personas sin patologías neuróticas están propensas a tener conductas hipocondríacas u obsesivas a la higiene. Y los que son hipocondríacos, como Laura, están pasando los peores días de su vida. "Con la Gripe A es posible que alguien frágil y sensible recurra al médico seguido y exagere en el lavado de manos. Y quizás esas conductas hipocondríacas queden instaladas", explicó Roberto Sivak, psiquiatra, director del Instituto de Estrés y Trauma de Buenos Aires. Dijo, además, que entre el 80 y 90% de las consultas son de personas sin trastornos, que están comenzando a tenerlos. "Es porque los infectólogos se muestran inseguros. La gente ya no entiende bien qué pasa y eso genera más miedo", aseguró Hugo Marietán, psiquiatra del Hospital Borda. Pero los hipocondríacos y obsesivos de contacto, aquellos que –explicó Marietán–, construyen una realidad irracional: creen que hay peligro de contagio de enfermedades o de contaminación, la pasan peor. Sivak da ejemplos: en vez de ir al médico una vez por semana van tres y hasta obligan a su familia a ir. Y se lavan las manos exageradamente. "El alcohol en gel les da el permiso de hacerlo", aseguró Gustavo Bustamante, director de Fobia Club. Les aumenta la frecuencia cardíaca, la fatiga, la sensación de ahogo o sudoración. "Al cortar con la vida social, las calles vacías potencian su grado de neurosis o psicosis y hay que medicarlos más", admitió Marietán. "La Gripe A se convirtió en la excusa o la justificación de las personas con algún tipo de neurosis para exacerbar sus conductas y comportamientos", dijo. "Con la Gripe A, la reconfirman", admitió Sivak. En su mayoría, son madres con hijos adolescentes y padres de edad intermedia. Son demandantes, dependientes y sobreprotegidos. Para ellos, la Gripe A es su enemigo invisible. (Informe de Clarín)

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