Siquiatras afirman que a las mujeres no les gustan los bebés feos

Una nueva investigación insinúa que a las mujeres les cuesta más trabajo que a los hombres mirar los rostros de bebés con deformaciones físicas. Los siquiatras del Hospital McLean, afiliado a la Universidad de Harvard, que estudian las percepciones de la belleza, creyeron que las mujeres pasarían más tiempo que los hombres mirando fotos de bebés guapos, pero no fue así. En lugar de ello, el breve estudio publicado el miércoles planteó más incógnitas que las que pudo aclarar. Primero los antecedentes: El equipo McLean ha estudiado ya hombres y mujeres que vieron fotos de rostros de adultos en la pantalla de un computador. Puntuaron la belleza de los rasgos faciales y pudieron apretar diversas teclas para retener por más tiempo las imágenes. El conteo del teclado indicó que los hombres triplican su dedicación en la contemplación de mujeres bellas que las mujeres a la hora de mirar hombres atractivos. El investigador principal, el doctor Igor Elman, se preguntó las causas que motivan a las mujeres y de ahí el nuevo estudio sobre los bebés. Esta vez, 13 hombres y 14 mujeres vieron 80 fotos de bebés, 30 de los cuales tenían anormalidades faciales como labio leporino, síndrome de Dow o eran bizcos. Los participantes puntuaron el atractivo de cada bebé en una escala del cero al 100 y apretaron teclas para retener la foto en la pantalla más tiempo o borrarla con mayor rapidez. Las mujeres presionaron las teclas 2,5 veces más rápido que los hombres para hacer desaparecer de las pantallas las fotografías de bebés con anormalidades faciales, indicaron los investigadores en la revista PLoS One, una publicación de la Biblioteca Pública de Ciencias. Empero, las mujeres habían considerado a esos bebés no menos atractivos que en la opinión de los hombres. Tenían esta motivación subliminal de eliminar los rostros" feos, indicó Elman, quien se preguntó si "estamos diseñados por la naturaleza en invertir todos los recursos en niños con aspecto sano". Ambos géneros emplearon el mismo tiempo y dedicación en la contemplación de fotos de bebés normales. El estudio no pudo explicar la disparidad de género.