Descubren en Costa Rica un hotel con túneles que la Policía relaciona con el caso de los narco-tiburones
La policía costarricense descubrió un hotel con túneles y bodegas subterráneas que supuestamente fue utilizado en el caso del decomiso de 894 kilos de cocaína oculta en tiburones congelados en un puerto mexicano la semana pasada. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) informó hoy a la prensa local que al parecer el hotel, ubicado en Golfito (Pacífico sur), es propiedad de un costarricense llamado Sigifredo Ceciliano, quien fue capturado el viernes en el aeropuerto cuando pretendía abordar un vuelo hacia Ecuador. Ceciliano figura como dueño de embarcaciones que traían tiburones desde Ecuador a un muelle en Puntarenas (Pacífico central costarricense), donde, de acuerdo con las autoridades locales, los escualos eran rellenados con cocaína para luego ser enviados a México. Según Jorge Rojas, director del OIJ, si bien el sospechoso no tiene registrados bienes a su nombre, varios empleados del hotel y un estudio de la unidad de Lavado de Dinero del organismo lo identificaron como el dueño. Los oficiales descubrieron que debajo de algunas de las cabañas del complejo existe una red de túneles que conduce a fosas y bodegas de gran tamaño. "Ahí era posible ocultar cualquier cosa. Creemos que este lugar podría servir como bodega de drogas, tiene una posición estratégica", detalló Rojas a medios locales. Las autoridades costarricenses detuvieron el viernes otros dos sospechosos de integrar la banda que enviaba cocaína a México. Los tres capturados en este caso se encuentran en prisión preventiva. Según el OIJ, esta banda opera en el país desde 2007, enviando cargamentos de droga a México, y era investigada desde febrero. Según la prensa local, además de los tres costarricenses capturados el viernes, el grupo estaba integrado por dos mexicanos quienes se encuentran en fuga, pero esta versión no ha sido confirmada por las autoridades. El cargamento de droga oculto dentro de los tiburones fue descubierto el pasado martes en Puerto Progreso, Estado de Yucatán, al sureste de México, luego de una revisión con rayos X a varios contenedores procedentes de Costa Rica.
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