Colombia: Cabo del Ejército, reportado como desaparecido tres años y medio, estaba libre

Se trata del suboficial del Ejército Miguel Oswaldo Preciado Torres, quien había sido reportado como desaparecido en octubre del 2005 pero no estaba cautivo. En las instalaciones de la Brigada 13 de Bogotá permanecía ayer el cabo del Ejército Miguel Oswaldo Preciado Torres, quien había sido reportado como desaparecido en octubre del 2005. Su nombre aparecía en las listas de secuestrados depuradas en los últimos meses por Fondelibertad. Los reportes de la guerrilla no lo relacionaban como uno de los militares secuestrados. No obstante, la familia entabló una denuncia porque supuestamente había desaparecido en la vereda El Boquerón, cerca de Fusagasugá (Cundinamarca). En diciembre del 2007, el propio comandante del Ejército, el general Mario Montoya, les rindió homenaje a Preciado y a otros 12 militares secuestrados o desaparecidos. Incluso hubo misa para pedir por su liberación. Seis meses después, su esposa, Mercedes Solano, le envió un sentido mensaje por la Emisora del Ejército. "Donde él se encuentre: mi amor, yo te amo mucho y espero que algún día Dios nos vuelva a reunir", dijo la señora. Luego contó que desde que él desapareció no había tenido noticias suyas. Además, en la página del Ejército aparece un enlace en el que se le pueden enviar mensajes <http://www.ejercito.mil.co/index.php?idcategoria=203672&pag=2>al cabo Preciado. EL TIEMPO logró establecer que la esposa de Preciado labora con el Ministerio de Defensa. Sin embargo, el pasado jueves el misterio por el paradero del suboficial comenzó a desenredarse, tras una broma de estudiantes de colegio con un celular. Ocurrió en un plantel educativo del barrio Class Roma, en la localidad de Kennedy, cuando los compañeros de una estudiante le escondieron el teléfono. La colegiala resultó ser familiar del cabo Torres, quien fue hasta el plantel y agredió a uno de los responsables de la broma, un adolescente de 17 años. Ayer, el padre del menor agredido fue hasta el colegio y frente a la puerta le señalaron quién había sido el responsable del ataque. Allí pidió a la Policía que le hiciera un acompañamiento, porque el hombre que había agredido a su hijo se identificó como militar. Aunque Preciado pidió disculpas, el padre del menor agredido le dijo que tenían que ir a instaurar una queja en la sede de la Brigada XIII norte de Bogotá. Preciado lo acompañó y allí se volvió a identificar como militar. Cuando el oficial encargado del trámite de quejas verificó en las bases de datos se encontró que al frente tenía al suboficial del que las autoridades no tenían noticias desde hacía tres años. Ahora, el Ejército investiga por qué Miguel Oswaldo Torres no había informado que estaba en su casa y si la familia del militar obtuvo algún provecho económico por su misteriosa desaparición. (El Tiempo)