Bolivia celebra dividida la primera revuelta americana contra la colonia española
El presidente de Bolivia, Evo Morales, y sus opositores celebrarán mañana divididos y con actos paralelos la primera revuelta americana contra la colonia española, ocurrida el 25 de mayo de 1809, hace 200 años, en lo que hoy es la ciudad de Sucre. Morales realizará los homenajes al bicentenario en la pequeña localidad de El Villar, a 203 kilómetros al sureste de Sucre, con sindicatos campesinos que recordarán en el lugar una victoria de la heroína Juana Azurduy Padilla en las guerras por la independencia. A este acto Morales también invitó a los embajadores en el país, quienes deben trasladarse a El Villar por una ruta con deficiencias, durante al menos seis horas de viaje en automóvil, desde Sucre. Esta actividad se contrapone al acto que celebrarán mañana de forma oficial la Prefectura de Chuquisaca y la alcaldía de Sucre junto a los gobernadores y dirigentes cívicos opositores y autonomistas de los departamentos de Santa Cruz, Beni y Tarija. En Sucre también estará el cardenal Julio Terrazas, la máxima autoridad católica de Bolivia que celebrará el "Te Deum" y a quien Morales ha acusado varias veces de estar alineado con la oposición. Fue en La Plata (hoy Sucre) donde se produjo la "chispa" de la insurrección en América con un levantamiento de la intelectualidad y la naciente burguesía contra el presidente de la Audiencia de Charcas (que abarcaba el actual territorio boliviano), Ramón García de León. Los historiadores narran la paradoja de un alzamiento que invocó lealtad a Fernando VII ante la suposición de que Carlota de Borbón pretendía controlar las colonias para Portugal, si bien los revolucionarios en secreto trabajaban desde hace mucho para socavar el poder español. Al levantamiento de Sucre le siguió el de La Paz el 16 de julio y después la formación de una junta de gobierno en Quito el 10 de agosto del mismo año, mientras que en otras ciudades americanas proclamaron insurrecciones en 1810. La división de homenajes por el bicentenario en Bolivia es otra muestra de la confrontación que mantienen el Gobierno de Morales y los dirigentes opositores de Chuquisaca desde el 2006. Las discrepancias vienen desde que la Asamblea Constituyente, controlada por el oficialismo, relegó la petición de Sucre de ser otra vez la sede de los tres poderes del Estado y no sólo del Judicial, como actualmente sucede. El conflicto tuvo picos de violencia cuando en noviembre de 2007 murieron tres sucrenses en protestas antigubernamentales, y en mayo de 2008 un grupo indígena seguidor de Morales fue agredido y humillado en Sucre a manos de jóvenes opositores autonomistas. El portavoz presidencial, Iván Canelas, ha acusado esta semana a los líderes de Sucre de ser parte de una "oligarquía" de "extrema derecha racista" al recordar que hace un año se produjo la mencionada agresión a los campesinos en la ciudad de Sucre. Esta es la razón que ha esgrimido el Gobierno para no asistir a los actos oficiales de Sucre, donde los grupos opositores se han movilizado varias veces para impedir visitas del mismo mandatario y de sus ministros. Pero la alcaldesa de Sucre, Aydeé Nava, opina que el presidente Morales no asiste a los homenajes porque, a su juicio, quiere vengarse de los líderes opositores de la ciudad y actúa con "mezquindad" frente al bicentenario. No obstante, la prefecta de Chuquisaca, la indígena quechua Savina Cuéllar, ha expresado su rechazo a la visita del mandatario a Sucre por considerar que puede ser un agravio al movimiento político regional que reclama aclarar las muertes de noviembre de 2007.
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