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CAUSA ABIERTA

Condenan a muerte a jerarca egipcio por el asesinato de la cantante libanesa

Condenan a muerte a jerarca egipcio por el asesinato de la cantante libanesa

Un tribunal penal de El Cairo condenó hoy a pena de muerte a Hisham Talaat Mustafa, empresario y alto cargo del régimen egipcio acusado de instigar el asesinato de la cantante libanesa Suzanne Tamim, degollada en Dubai el 28 de julio de 2008. El presidente del tribunal, Muhammadi Qansu, también dictó sentencia de muerte contra Mohsen al Sukari, un antiguo oficial de las fuerzas de seguridad egipcias, acusado de ser el autor material de los hechos. El proceso, que empezó el pasado 18 de octubre, despertó una gran expectación en todo el mundo árabe, hasta el punto de que pocas semanas después de su comienzo ya se habían escrito varios libros, lo que empujó al juez a decretar el secreto de sumario. Talaat, adinerado empresario de 49 años, senador y miembro de los principales órganos del partido gobernante -la Oficina Política-, compareció en la celda de los acusados ante el Tribunal de Bab al Luq en el sur de El Cairo. Varios familiares del principal acusado, presentes en la sala, rompieron a llorar una vez que el juez emitió la sentencia de muerte. Inmediatamente después, los acusados fueron evacuados para evitar que se produjeran altercados en la entrada de los juzgados, donde se habían concentrado cientos de personas y numerosos medios de información. Miles de policías, apoyados por vehículos antidisturbios, cercaron el edificio desde primeras horas de la mañana y cerraron las principales calles que se dirigían a él. Las fuerzas de seguridad permitieron la entrada de medios de información a la sala del tribunal sólo entre las tres y las cuatro de la madrugada, hora local. Antes de que las autoridades judiciales decretaran el secreto de sumario y prohibieran informar sobre el proceso, los medios locales y árabes siguieron con gran profusión el caso. "El juicio de la década" o "el juicio del dinero y el poder", fueron algunos de los titulares con los que en los primeros días abrieron numerosos periódico sus ediciones. Una parte de la opinión pública considera que todo es parte de un montaje del sistema para simular que nadie está por encima de la justicia, mientras que para otra, el juicio responde a un ajuste de cuentas entre los altos responsables del partido gobernante. Según los medios locales, Talaat mantuvo una relación sentimental con la cantante libanesa y pagó a Al Sukari cerca de un millón de dólares para que la matara, después de que ella lo abandonara y se fuera a vivir a Dubai, en Emiratos Árabes Unidos. Al parecer Al Sukari se desplazó a Dubai con la ayuda del empresario egipcio y la mañana del crimen se dirigió a su casa simulando ser un repartidor de una empresa que le llevaba un regalo. Cuando Tamim le abrió la puerta, el antiguo miembro de las fuerzas de seguridad egipcias, que fue grabado por las cámaras de seguridad del edificio donde residía la víctima, le asestó varias puñaladas y la degolló. La principal prueba que incriminaba al responsable político egipcio eran al parecer las conversaciones telefónicas que había mantenido con Al Sukari y que éste grabó para garantizar su seguridad. Mientras los egipcios y los medios siguen haciendo sus cábalas sobre las causas y consecuencias de este juicio, el proceso, cuyo interés ha trascendido las fronteras, sigue su marcha.

 

 

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