La CIA torturó con 266 ahogamientos simulados a dos presos de Al Qaida

Como parte de los esfuerzos de la Administración Obama por arrojar luz pública sobre las más problemáticas estrategias anti-terroristas del anterior Gobierno de Estados Unidos, documentos hasta ahora secretos han confirmado que los interrogadores de la CIA practicaron hasta 266 veces ahogamientos simulados («waterboarding») con dos destacados presos de Al Qaida. Esta técnica, autorizada por la Administración Bush tras el 11-S, consiste en provocar cierto nivel de asfixia y pánico con ayuda de agua y un trapo empapado sobre la cabeza del interrogado. Específicamente, un memorando del Departamento de Justicia fechado en mayo de 2005 indica que Abu Zubaydah, responsable de Al Qaida, fue sometido a simulaciones de ahogamiento un total de 83 veces en agosto de 2002. La misma técnica, considerada por la Administración Obama como una tortura ilegal, fue aplicada 183 veces durante marzo de 2003 a Jalid Shaij Mohammed, «cerebro» confeso del 11-S. En el caso de Abu Zubaydah, estas cifras contrastan con la versión de su interrogatorio ofrecida por un ex agente de la CIA a varios medios de comunicación de Estados Unidos en 2007. Según John Kiriakou, el detenido Zubaydah fue sometido a «waterboarding» durante solamente 35 segundos antes de acceder a contar todo lo que sabía. Dentro de la polémica generada por estas revelaciones, el general Michael Hayden -director de la CIA durante los dos últimos años del Gobierno- criticó la divulgación de información secreta sobre interrogatorios coercitivos. El general ha argumentado que se está limitando la capacidad de perseguir con efectividad a terroristas al «describir la línea que los estadounidenses no van a cruzar».

En cualquier caso, la Administración Obama ha reiterado que no tiene intención de perseguir a los agentes de la CIA que aplicaron estas tácticas ni a los altos cargos del anterior gobierno que las autorizaron. La Casa Blanca también rechaza que el Congreso organice una «comisión de la verdad» para examinar posibles extralimitaciones de la Administración Bush. Aún así, el Comité de Inteligencia del Senado ha iniciado una pesquisa reservada sobre los interrogatorios de la CIA.

Ovación en Langley

Para calmar tensiones institucionales, Obama visitó ayer por primera vez la sede de la CIA en Langley, Virginia. El presidente, recibido con una estruendosa ovación, se ha dirigido a los empleados destacando la importancia de su trabajo escrupuloso contra enemigos sin escrúpulos. Según el ocupante de la Casa Blanca, mantener los valores e ideales americanos en circunstancias difíciles «es lo que nos hace especiales y lo que os hace especiales».

El presidente también ha reiterado que la plantilla de la «compañía» no debe desmoralizarse por lo ocurrido en las últimas semanas. Según Obama, «aprendemos al reconocer nuestros potenciales errores».