Un autotrasplante de células madre adultas logra controlar la diabetes
Las células madre también podrían ser la última esperanza de las personas con diabetes tipo 1, que dependen de inyecciones diarias de insulina. Investigadores de la Universidad Northwestern de Chicago (EE.UU.) y Sao Paulo (Brasil) han demostrado que se puede cambiar la historia natural de la enfermedad con un trasplante de células madre obtenidas de la médula ósea del propio paciente. Las células de la médula fueron capaces de mantener bajo control la glucosa durante cuatro años sin tener que recurrir a inyecciones diarias de insulina. El estudio es pequeño -sólo se ha realizado en 23 pacientes- pero demuestra que el tratamiento funciona y los efectos también perduran. Los resultados de esta esperanzadora terapia se publican hoy en JAMA, la revista de la asociación médica americana. La terapia funcionó en 20 de los 23 pacientes tratados. Todos necesitaban inyectarse diariamente para mantener bajo control su enfermedad y tras la inyección de células estuvieron una media de dos años y medio sin pincharse. Uno de ellos logró estar más de cuatro años sin inyectarse insulina; cuatro, durante tres años; tres, dos años y cuatro más pudieron disfrutar de un año sin el fármaco.
En otros ocho casos, el trasplante de células tuvo un efecto transitorio y tuvieron que recurrir a inyecciones de insulina, pero a muy bajas dosis. El ensayo clínico se realizó entre 2004 y 2008 en Brasil. Los voluntarios que participaron en el ensayo eran jóvenes, entre 13 y 31años. El tratamiento obliga a realizar una extracción de médula de cada paciente, para poder aislar las células madre que después deben volver a introducirse al torrente sanguíneo. Desde la punción al trasplante, los pacientes recibieron quimioterapia, un fármaco para el cáncer para facilitar la llegada de las células madre. Tratamiento agresivo
La terapia no está exenta de riesgos. La quimioterapia redujo sus defensas y dos de los pacientes desarrollaron neumonía durante el tiempo que permanecieron ingresados en el hospital, tres tuvieron una disfunción endocrina y nueve varones experimentaron una reducción de su fertilidad, con una bajada notable del recuento de espermatozoides. A estos efectos secundarios se sumaron los vómitos, el malestar y la caída del pelo.
Por si hubiera alguna duda de que la estrategia funcionó y el éxito no se debía a otros factores, como la dieta, los investigadores aportan datos: el control glicémico tras el trasplante fue bueno y los pacientes tratados también experimentaron una subida de los niveles del péptido C, un factor que indica si el organismo es capaz de producir insulina por sí mismo.
«En el momento actual el autotrasplante es el único tratamiento capaz de revertir los efectos de la diabetes 1 en humanos», escribe Richard Burt en su estudio. El siguiente paso de los investigadores estadounidenses es poner en marcha ensayos clínicos controlados con más pacientes que confirmen el éxito de este primer trabajo. (ABC)
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