Multitunidaria despedida en Argentina al demócrata de mayor estatura de la región cuando retornó la democracia
Acompañado por decenas de miles de personas, el cuerpo del ex presidente argentino Raúl Alfonsín fue sepultado hoy en el cementerio de la Recoleta . Antes, la emoción dominó la misa de cuerpo presente en el Congreso y las ceremonias oficiales. El cortejo fúnebre que llevó a Alfonsín a la necrópolis avanzó a paso de hombre por la avenida Callao rodeado de una multitud de decenas de miles de personas,como hacía décadas no se veía en la despedida de una figura política. El ex jefe de Estado fue sepultado en el panteón dedicado a los caídos en la revolución de 1890. Flores, aplausos y vivas para el ex mandatario fueron la constante en una ceremonia emocionante para miles de argentinos.El féretro con los restos del ex presidente quedó transitoriamente en la bóveda en la que descansan los restos de Yrigoyen, Illia y Alem. En el trayecto del Congreso a la Recoleta, el cortejo ocupó toda la avenida en una extensión de cuatro o cinco cuadras y abundaron las banderas rojas y blancas de estirpe radical. Banderas argentinas y carteles completaron el cuadro. También miles siguieron en la Plaza de los Dos Congresos la misa de cuerpo presente en memoria del ex presidente Raúl Alfonsín, quien más temprano recibió los elogios de correligionarios y adversarios políticos durante los actos oficiales que siguieron a su velatorio en el Salón Azul del Senado, por el que pasaron a despedirlo más de 70.000 personas. Antes de la misa, y en medio de gritos de "Alfonsín, Alfonsín" y "Raúl, querido, el pueblo está contigo", el féretro, cubierto por la bandera argentina y con el bastón presidencial de Alfonsín encima, fue trasladado, en una cureña arrastrada por un jeep, hasta las escalinatas del Congreso, sobre la avenida Entre Ríos. Allí oficiaron la misa en su honor el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del ex mandatario; el secretario general de la Conferencia Episcopal, monseñor Enrique Ghía, y el obispo emérito monseñor Justo Laguna. (Extraído de Clarín)
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