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CAUSA ABIERTA

En Argentina, un hombre confesó cómo mató y descuartizó a su esposa en el baño y tiró sus restos en la Panamericana

En Argentina, un hombre confesó cómo mató y descuartizó a su esposa en el baño y tiró sus restos en la Panamericana

El esposo de la mujer descuartizada en Pilar confesó esta tarde que la mató tras una discusión, aunque dijo no recordar cómo se produjo el crimen. Su amante, además, seguirá detenida acusada de encubrimiento, según dispuso la Justicia. Emilio Salazar (36) le dijo al fiscal Marcos Petersen Victorica que asesinó a su mujer, Nancy López (33), en el marco de una pelea que tuvieron en su casa, pero que no recuerda bien cómo lo hizo porque quedó conmocionado.
En tanto, la nueva pareja de Salazar, Mariela Correa (41), quien estaba en la casa cuando fueron a detener al imputado, también permanecerá detenida, pero por el delito de encubrimiento. Voceros de la investigación explicaron que el hallazgo de la cabeza de la víctima, un día después de que apareciera su torso y una de sus piernas, fue clave para determinar la causa de la muerte, ya que la autopsia reveló que fue asesinada de tres fuertes golpes en la cabeza, que le provocaron una fractura de cráneo. En la indagatoria, Salazar también le confesó al fiscal que él descuartizó a López en la bañera de la casa con un serrucho, como ya habían determinado los peritos de la Policía Científica de San Isidro mediante la técnica del "luminol", una sustancia vaporizada que detecta sangre aunque haya sido lavada.
Además, Salazar trató de desligar del caso a su nueva pareja, Correa, pero las fuentes revelaron que, sin darse cuenta, con algunos de sus dichos la incriminó en el encubrimiento.
Por su parte, al ser indagada, Correa negó categóricamente cualquier participación en el crimen y se presentó ante el fiscal como víctima de una gran mentira de Salazar.
El caso se conoció el martes cuando un hombre llamó al 911 y denunció la aparición de restos humanos dentro de una bolsa a la altura del kilómetro 52,500 de la ruta Panamericana.
Los peritos determinaron que los restos eran un torso y una pierna, con la particularidad de que el cadáver presentaba un tatuaje de un escorpión y una cicatriz de una operación de cesárea.
Con esos detalles, se entrecruzaron los datos de varias comisarías que tenían denuncias de averiguación de paradero y se descubrió que esas señas particulares eran las mismas que tenía López, cuyo concubino había dicho en la seccional 1º de Pilar, que estaba desaparecida desde el 17 de marzo.
Ante esa situación, los investigadores fueron a buscar al hombre que había realizado la denuncia y lo llevaron identificar a la víctima, pero fue en una declaración espontánea que entró en contradicciones llamativas y se transformó en el principal sospechoso del crimen.
En un allanamiento en la casa de Salazar, los peritos hallaron manchas hemáticas en las paredes, en la bañadera y en un serrucho que el acusado ahora confesó haber utilizado para descuartizar a su pareja.
Luego, los policías hallaron un remisero que contó que, para la fecha de la desaparición de López, el sospechoso había pedido un viaje y dijo que tenía que arrojar un perro muerto.
Lo que aún se desconoce es la motivación de Salazar para matar a su mujer, aunque según la investigación se trató de un crimen pasional motivado por una cuestión de "celos y desengaños". (Clarín)

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