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CAUSA ABIERTA

Una mujer es culpable de tráfico de armas a Honduras

Una mujer es culpable de tráfico de armas a Honduras

Un jurado federal de Fort Lauderdale halló culpable a una mujer del envío ilegal de armas a Honduras que, según la defensa, estaban destinadas a surtir una compañía de seguridad de su hermano. La acusación sostiene que Jenny Mejía de Hernández compraba las armas en Miami junto con sus hermanos Mario y Dixon y las enviaban a Honduras escondidas en sofás y televisores. Durante alegatos previos al juicio, el abogado de Jenny, David Tucker, sostuvo que su cliente actuó bajo instrucciones de Mario, sin saber que las armas eran transportadas ilegalmente. Los hermanos se encuentran fugitivos. Las compras se hicieron en pequeñas cantidades y en días diferentes entre diciembre del 2006 y marzo del 2008. En junio 13, por ejemplo, los Mejía adquirieron dos pistolas FN 5.7 y una Beretta 96.40 en la tienda Lou’s. Al día siguiente compraron otras dos pistolas y un rifle en T&A Refinishing del condado de Miami-Dade, indica la acusación. En total compraron 100 armas entre las cuales las preferidas fueron la versión pistola del rifle AR-15 y un arma de cinturón que acompaña el fusil FN PS90 y que tiene capacidad de perforar un chaleco blindado soviético, argumentó el gobierno. Este armamento puede venderse en Honduras por dos o tres veces el precio por el que se compra en Estados Unidos. Algunas de las pistolas y las armas fueron enviadas a Honduras por compañías de transporte que ignoraban las características de la mercancía. El caso se inició cuando uno de los proveedores legales de las armas en Miami, notificó a las autoridades federales de las actividades de los Mejía. Oficiales de la Agencia de Armas y Tabaco y de la Oficina de Inmigración y Aduanas, descubrieron siete armas en un sofá que supuestamente sería enviado a Honduras y notificaron a las autoridades de ese país. En la primera denuncia criminal solo aparecía como acusado Mario, quien se entregó, fue liberado bajo fianza y escapó de Estados Unidos. Jenny, quien estaba en Honduras, se enteró en abril del 2008 de que fue incluida en una ampliación de la acusación y viajó a Miami para afrontar los cargos, dijo su abogado. Los cinco cargos de los que fue hallada culpable acarrean penas máximas de hasta cinco y diez años de prisión. El Nuevo Herald

 

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