Un avión con 17 pasajeros a bordo, entre ellos varios niños, se estrelló en el cementerio de Butte, Estados Unidos
Al menos 17 personas, entre ellas varios niños, murieron ayer al estrellarse un avión de pequeño tamaño. “El percance ocurrió cuando el piloto se preparaba para aterrizar en el aeropuerto Butte, en Montana”, informó la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA). El avión de un solo motor, que había partido de Oroville, en California, tenía como destino la localidad de Bozeman, también en Montana. Pero por motivos que aún se desconocen se desvió de su ruta e intentó aterrizar en Butte. El aparato se estrelló contra un cementerio, apenas a unos 200 metros de la pista de aterrizaje del aeropuerto Bert Mooney, según indicó un portavoz de la FAA, Mike Fergus. “Creemos que la nave transportaba a unos niños que iban a participar en una excursión de esquí”. El avión accidentado es un Pilatus PC-12, fabricado en 2001. Normalmente, tiene capacidad para una decena de personas, aunque los expertos indicaron que este modelo en particular pudo haberse adaptado para dar cabida a más ocupantes. Hasta el cierre de esta edición (22:30) no estaba claro qué es lo que ocurrió. Sin embargo, la FAA presume que el hecho de que el piloto cambiara la ruta hacia un aeropuerto más cercano apunta a que registró algún tipo de problema. “Por esa razón, la necesidad de aterrizar lo antes posible”. Las autoridades locales de Butte indicaron que el avión no tenía caja negra, al no ser un vuelo de carácter comercial. Tras sofocar el incendio, el área quedó clausurada. Se esperaba que lleguen los expertos de la Agencia Federal de Transporte. Kenny Gulick, de 14 años y vecino del aeropuerto, contó al diario The Montana Standard, que de repente el piloto perdió control y el avión fue perdiendo altura hasta que se estrelló contra los árboles del cementerio. En declaraciones a la cadena de televisión CNN, otra testigo, Martha Guidoni, indicó que ella y su marido vieron cómo el aparato se estrellaba y corrieron a ver si podían ayudar a los sobrevivientes. “Era demasiado tarde. No se podía hacer nada”, declaró la mujer. Su esposo, Steve Guidoni, afirmó que al llegar al lugar del accidente había fuego por todas partes. “No quedaba mucho del avión, la verdad. Estaba semienterrado en el suelo. Se estrelló contra el piso”, explicó el testigo. Añadió que intentó ver si habían alguien a quien ayudar, pero el humo y el fuego no permitían ver nada. “Lo único que alcancé a divisar fue algunas maletas esparcidas por el lugar y partes del fuselaje del avión”. Se trata del tercer accidente de aviación de importancia en suelo estadounidense, en lo que va del presente año. En enero, el piloto Chesley Sullenberger se convirtió en un héroe, de la noche a la mañana, al lograr el aterrizaje de un avión de la línea US Airways sobre el río Hudson, en la ciudad de Nueva York. No hubo ni una víctima. 155 personas iban a bordo. En febrero, un avión se precipitó sobre un área residencial en Buffalo, en Nueva York, en un accidente en el que murieron las 50 personas que viajaban en la nave. Dolor en el aeropuerto de Narita, Japón | |
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