En Sevilla la policía busca el cadáver de Marta bajo 67.000 toneladas de basura
La investigación sobre el asesinato de Marta del Castillo se complica tras las últimas declaraciones de los implicados. El asesino confeso, Miguel Carcaño, se retractó ayer de su testimonio inicial, declaró que fue el menor Javier G. quien mató a la adolescente y aseguró que el cuerpo lo arrojaron a un contenedor de basura cercano a su casa. El cuerpo de la joven podría estar bajo miles de toneladas de basura. El vertedero de Sevilla recibe al día unas 1.300 toneladas de residuos, por lo que en los 52 días que han pasado desde la muerte de la joven habría recibido un total de 67.600 toneladas de basura. La búsqueda se suspendió en el río Guadalquivir y hoy comenzará el rastreo en la planta de gestión de residuos de la ciudad. El principal implicado en la desaparición de Marta del Castillo, su amigo y ex pareja Miguel Carcaño, se desdijo el lunes de su confesión inicial y aseguró que fue su amigo Javier G., el Cuco , hasta ahora imputado como colaborador, quien causó la muerte de la adolescente. Indicó incluso que la agresión no se realizó con un cenicero. El autor confeso fue más allá al explicar que Samuel B.?P. envolvió el cuerpo en una manta con cinta adhesiva y que no lo arrojaron al río Guadalquivir, sino que se deshicieron de él tirándolo en un contenedor de basura cercano a su domicilio, en la calle León XIII de la capital hispalense.
Poca credibilidad
Los investigadores no dan mucha credibilidad a esta versión de Miguel, dado que al no haber aparecido el cuerpo es lógico que los imputados quieran exculparse e intentar salvarse cada uno por su lado. Por este motivo, el juez instructor decidió ayer alterar las declaraciones indagatorias previstas y tomar declaración de nuevo a los imputados.
Así, durante la mañana sometió a Miguel y sus dos amigos, Javier G. y Samuel B., a nuevos interrogatorios individuales y a sendos careos, aunque al parecer no aportaron demasiado a la investigación. El cuarto implicado, Javier D., hermanastro de Miguel, también fue conducido a los juzgados, aunque no se llegó a tomarle declaración. La Voz de Galicia.es
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