Un uruguayo llevaba bajo engaño a mujeres compatriotas a Buenos Aires y las prostituía a la fuerza
Un uruguayo dirigía una organización que operaba en Argentina con la trata de blancas. Las mujeres eran llevadas desde nuestro país con engañosas promesas de deslumbrantes trabajos y luego obligadas a prostituirse. Varios operativos y allanamientos permitieron desarticular esta mafia y capturar a sus principales integrantes, entre ellos a su líder, un uruguayo de 28 años. Dos mujeres compatriotas fueron rescatadas por los Policías y relataron el drama que les tocó vivir. El grupo mafioso venía operando desde hace tiempo y tenía como centro de actividades los burdeles situados en el partido bonaerense de Esteban Echevarría.
Pero utilizaban un viejo sistema para conseguir mujeres, a las que luego obligaban a prostituirse. Eran reclutadas en nuestro país, principalmente en zonas carenciadas, ya que prometían trabajos muy bien remunerados como mozas en lujosos restaurantes. Varias cayeron en las redes de estos sujetos, que incluso les abonaban el pasaje hacia la vecina orilla. Al llegar las recibían y las trasladaban al lugar donde presuntamente iban a trabajar. La desilusión ganaba a las mujeres cuando se daban cuenta de que eran burdeles.
Cuando aquellas hacían trascender su intención de alejarse, las amenazaban de muerte, manifestándoles que las ejecutarían si intentaban huir o realizar una denuncia. Así, aquellas eran explotadas sexualmente en burdeles y albergues transitorios.
Personal del Departamento de Trata de Personas de la Policía Federal Argentina obtuvo datos sobre esta organización y llevó a cabo una serie de allanamientos en la localidad bonaerense de Luis Guillén que permitió detener a un uruguayo de 28 años, jefe de la organización, y otros de sus cómplices. Fueron rescatadas dos mujeres, una de ellas de apenas 18 años, que vivieron dramáticos momentos en manos de estos mafiosos.
Durante el procedimiento, los policías requisaron varios autos con matrículas uruguayas, armas de diferente calibre, documentación donde se constataron depósitos de importantes sumas en bancos de Montevideo y documentos de identidad de nuestro país.
Las actuaciones continúan, ya que se presume que hay muchas más mujeres en esta situación y restan por caer otros integrantes del grupo delictivo.
Pero utilizaban un viejo sistema para conseguir mujeres, a las que luego obligaban a prostituirse. Eran reclutadas en nuestro país, principalmente en zonas carenciadas, ya que prometían trabajos muy bien remunerados como mozas en lujosos restaurantes. Varias cayeron en las redes de estos sujetos, que incluso les abonaban el pasaje hacia la vecina orilla. Al llegar las recibían y las trasladaban al lugar donde presuntamente iban a trabajar. La desilusión ganaba a las mujeres cuando se daban cuenta de que eran burdeles.
Cuando aquellas hacían trascender su intención de alejarse, las amenazaban de muerte, manifestándoles que las ejecutarían si intentaban huir o realizar una denuncia. Así, aquellas eran explotadas sexualmente en burdeles y albergues transitorios.
Personal del Departamento de Trata de Personas de la Policía Federal Argentina obtuvo datos sobre esta organización y llevó a cabo una serie de allanamientos en la localidad bonaerense de Luis Guillén que permitió detener a un uruguayo de 28 años, jefe de la organización, y otros de sus cómplices. Fueron rescatadas dos mujeres, una de ellas de apenas 18 años, que vivieron dramáticos momentos en manos de estos mafiosos.
Durante el procedimiento, los policías requisaron varios autos con matrículas uruguayas, armas de diferente calibre, documentación donde se constataron depósitos de importantes sumas en bancos de Montevideo y documentos de identidad de nuestro país.
Las actuaciones continúan, ya que se presume que hay muchas más mujeres en esta situación y restan por caer otros integrantes del grupo delictivo.
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