Furor por las "lolas": en Argentina ya se hacen 100 implantes por día
La ola pechugona golpeó fuerte en la Argentina. Por día, se colocaron 100 implantes de mama en el país, según la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora. Hace diez años, sólo 25 mujeres se animaban a hacerse las lolas por día. "El año 2008 marcó un récord, hubo un boom", dice a Clarín el cirujano Juan Carlos Seiler, que forma parte de la comisión directiva de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética. "Una de las causas es que el costo de las cirugías se mantuvo aquí por debajo de los precios que se manejan en otros países y así fueron aumentando las turistas que se hicieron cirugías en el país". Mientras que en países desarrollados, los implantes cuestan más de 18.000 pesos, en nuestro país no superan los 11.000.
También más argentinas tomaron riesgos. Algunas hasta pidieron préstamos en el banco para operarse. Otras se presentaron a concursos en discotecas que regalaban nuevas mamas como premio. "Muchas deciden vivir al día y usan sus ahorros para hacerse las lolas", cuenta el cirujano Jorge Pedro. Otras acuden al sector público: en el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires aumentó un 10% la demanda para implantes, según el cirujano Patricio Jacovella.
"Algunas mujeres viven con una idea falsa: que si las mamas no son grandes, no son femeninas. Así como los hombres necesitan cambiar de auto, las mujeres se operan", señala Jorge Patané, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires y jefe de cirugía plástica del Hospital Fernández. Y agrega: "Hay que poner límites. Aunque la mujer se ofenda, yo no la opero si sé que la cirugía le hará perder armonía".
En el quirófano, las mujeres se juegan su futuro. "Creen que los maridos dejarán de ser infieles si se ponen pechos más grandes, y cuando se operan igualmente se separan, cuenta Isabel Boschi, presidente de la Federación Sexológica Argentina. Y agrega: "Siguen un ideal de belleza opulenta cuyo lema sería mayor cantidad igual mejor calidad, que se corresponde con el lema masculino: auto grande, pene grande, casa grande, mucha plata, muchas mujeres e hijos. Aunque mucho no siempre significa bueno ni satisfactorio intrínsecamente. Es que si bien la situación de las mujeres mejoró, todavía falta la verdadera libertad: la de ser una misma, la de elegir cambiarse los pechos para una y no como condición sine qua non para ser amada".
Para María Rosa Rivero, presidenta de la Asociación Argentina para el Desarrollo Integral de la Familia, "las nuevas lolas son parte de la exigencias de los hombres y ellas aún necesitan conseguir su aprobación. Nosotras, en cambio, aceptamos que ellos sean pelados, gorditos o tengan manos feas". Clarín.
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