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CAUSA ABIERTA

Después de un año de duro conflicto con el campo Cristina Kirchner apostó fuerte y la cosa mejoró

Después de un año de duro conflicto con el campo Cristina Kirchner apostó fuerte y la cosa mejoró

Había pasado una hora y la reunión parecía no conducir a ningún lado, cuando de pronto se abrió la puerta del despacho. Para sorpresa de ruralistas y funcionarios, quien ingresó por allí fue nada menos que Cristina Kirchner. Hubo que hacerle lugar en torno de la mesa: todos se amucharon y la ministra Débora Giorgi le cedió su asiento. "Quizás mi presencia ayude a que no haya más confrontación y frustraciones", lanzó la Presidenta, luego de saludar cordialmente a todos. Su apuesta llegó a buen puerto. Anoche el campo y el Gobierno sellaron su primer acuerdo después de un año de duro enfrentamiento.
Cristina permaneció casi dos horas en la reunión que Giorgi y su par de Interior, Florencio Randazzo, habían iniciado con Eduardo Buzzi (Federación Agraria), Mario Llambías (CRA), Carlos Garetto (Coninagro) y Hugo Luis Biolcati (Sociedad Rural). No esquivó ningún tema, pidió "plasmar" los acuerdos y hasta invitó a la Mesa de Enlace a integrar el Consejo Económico y Social que piensa convocar el Ejecutivo. Cuando dejó el lugar en auto, se la notaba confiada y sonriente. Eran las 17,20.
Dos horas más les tomó a ruralistas y funcionarios redactar una serie de actas, que el Gobierno prometió transformar de inmediato en resoluciones. Se trata de las medidas que Giorgi anunció una semana atrás, más algún agregado de último momento. Todas apuntan a mejorar los deprimidos precios que reciben actualmente los productores de leche, trigo, carne y productos regionales. Hay que decirlo claramente: la mayoría de ellas implican comenzar a desandar el camino de trabas y castigos que impuso al sector, desde mitad de 2006, el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
En la ruta, sin embargo, muchos productores se mostraron desilusionados con el resultado. Desde Entre Ríos, Alfredo De Angeli señaló que las medidas "son insuficientes" y su tropa amagó con un nuevo paro el lunes (ver página 5). También disconforme, la bonaerense CARBAP convocó a su consejo directivo el viernes, para definir su postura. La Mesa de Enlace deberá ahora convencer a su gente de la necesidad de prolongar la incipiente negociación. Sus principales dirigentes coincidieron en que la intervención presidencial ayudó, pero aclararon que "el conflicto todavía no está resuelto".
Para calmar los ánimos, y tal como anticipó ayer Clarín, Randazzo aclaró de entrada que el Gobierno había desistido de crear un organismo para intervenir en el comercio de granos. Luego Cristina ratificó que el plan no estaba en estudio, aunque no lo dio por muerto. "Ante nuevas situaciones quizás sean necesarios nuevos instrumentos", avisó. De todos modos, tranquilizó a los ruralistas: prometió que cualquier iniciativa de ese tipo pasará por el Congreso.

Varios minutos de la charla se consumieron en un tema crucial para el campo: las altas retenciones. En ese punto, Cristina se mantuvo inflexible: "Sería suicida bajar las retenciones a la soja". Argumentó que la crisis era dura e impactaba en el Fisco. Y juzgó que una rebaja haría más profunda la "sojización" de la agricultura. Llambías la interrumpió:
--Presidenta. No vamos a dejar de lado este reclamo. Insistiremos en la Legislatura.
--¡Vayan al Congreso! Eso es democracia-- replicó Cristina, que no ocultó su malestar por la foto que el miércoles pasado unió a la Mesa de Enlace con la oposición. "Ustedes fueron al Congreso,desparramando sapos y culebras", se lamentó. Clarín.

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