Blogia
CAUSA ABIERTA

Estados Unidos quiere controlar las redes sociales sin regularlas

Estados Unidos quiere controlar las redes sociales sin regularlas
A los Estados Unidos les pasa con las redes sociales como con la economía: quieren control pero no regulación. Entonces, aunque muchos admiran las iniciativas de la Unión Europea y hasta Google ha anunciado que las tendrá en cuenta, lo cierto es que las reglas del juego se fijan sobre la marcha y a trompicones. O no se fijan.
El reciente escándalo suscitado por el intento -y posterior marcha atrás- de Facebook de reservarse derechos perpetuos sobre toda la información personal de los usuarios, incluyendo fotografías y hasta material ya borrado de la red, es una muestra del sistema de prueba y error con que funciona la industria. Se toman una libertad y a ver qué pasa; que cuela, pues adelante. Que se levanta una polvareda de protestas y amenazas de querellas, pues se da marcha atrás. Y hasta el próximo asalto.
Facebook ya había pasado por esto, por ejemplo cuando lanzó el «Beacon», el estrambótico servicio en virtud del cual cualquier «amigo» de la red podía saber qué habías comprado en ella, así fuese una pistola, un vibrador o una pomada para las hemorroides. También en aquél caso tuvieron que echar marcha atrás por las protestas del público y la decidida acción en contra de entidades guardianas de la red, como el Centro de Información para la Privacidad Electrónica (EPIC, por sus siglas en inglés). Entidades como ésta discrepan de la opinión del guru norteamericano Michael S. Malone de que a veces en estas jugadas no hay tanto mala voluntad como torpeza de las compañías, con sus «staffs» de veintañeros.
La respuesta obvia es hacer de cada usuario un escudo humano publicitario: empiezan así los anuncios a la carta, el bombardeo de productos ofrecidos por alguien que conoce tu perfil, lo que compras y lo que cuentas a tus amigos que te gusta, etc. El atraco a mano armada publicitaria es casi una religión en Estados Unidos, donde basta con usar una tarjeta de crédito una vez para verse asediado por ofertas telefónicas de gente que no debería tener nuestro número.
Autorregulación
Lo malo es que, trasladada a la red, esta mentalidad deviene mucho más peligrosa. Y aún así no parece probable que se adopten grandes medidas de prevención legislativa. Los expertos piden la autorregulación del sector, y se multiplican las entidades que intentan formar al público para hacer frente a las tretas habituales.
En principio la Casa Blanca no se moja, pero esto podría cambiar pronto, si cunden el ejemplo europeo y el nuevo espíritu del presidente, un hombre de Blackberry que de momento ya ha nombrado a Melissa Hathaway como su «zar» de la ciberseguridad. Aunque no es este un nombramiento pensado para meter en cintura a las redes sociales, tampoco va a limitarse a la caza y captura del hacker, sino que su objetivo es hacer la red más segura para todo el que se adentre en ella... incluido el presidente de los Estados Unidos.
Londres: guía de redes sociales
En el Reino Unido, el tráfico de las redes sociales llegó a finales de 2008 al 10 por ciento de todas las visitas a internet, favorecido sobre todo por el éxito de Facebook y por la excepcionalidad de las vacaciones de Navidad. Entre los británicos, el foro social con más usuarios es Facebook, que acapara el 45,29 por ciento del mercado de este tipo de portales, seguido de Bebo, con el 25,04 por ciento, y de Myspace, con el 14.75.
La preocupación por algunos usos que pueden dañar a personas vulnerables, especialmente los menores, ha llevado al Gobierno británico a editar una «Guía de redes sociales», en la que ofrece consejos tanto a usuarios y familias como a la industria del sector. Entre las últimas polémicas está la campaña de una madre contra el foro de la web Freedomain Radio, al que acusa de incitar a los hijos que cumplen 18 años a dejar la casa de sus padres al menor problema con ellos. Su hijo Tom y al menos otros 19 jóvenes han roto las relaciones con sus progenitores a raíz de las ideas difundidas por esa web de origen canadiense.
París: proteger los contenidos
Los franceses no permanecen ajenos a los riesgos que pueden entrañar redes sociales como Facebook, la de mayor éxito entre jóvenes y publicistas que buscan clientes, amigos y fans en internet. Desde la óptica francesa, los contenidos, tanto de texto como de imagen, deben ser siempre propiedad de sus autores y primeros difusores. Pero las redes sociales pueden caer en la tentación de apropiarse de unos contenidos e informaciones originalmente privados, convertidos en mercancía por una empresa con objetivos e intereses imprevisibles. De momento, los especialistas se limitan a lanzar advertencias y llamamientos a la prudencia de los usuarios. ABC.es.

0 comentarios