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CAUSA ABIERTA

El cerebro de la mujer percibe la belleza de distinta forma que el del hombre

El cerebro de la mujer percibe la belleza de distinta forma que el del hombre

El hombre y la mujer perciben la belleza de forma diferente. No, no es que ellas sean más sensibles ante una imagen hermosa y ellos más contenidos, porque al fin y al cabo la belleza es algo subjetivo, pero la actividad cerebral de ambos sexos sí reacciona de forma distinta ante los estímulos artísticos o culturales. Así lo acaba de demostrar un grupo de investigadores del CSIC y de la Universidad de las Islas Baleares en una investigación que hoy publica la revista Pnas . Los investigadores registraron la actividad cerebral de diez hombres y diez mujeres ante una serie de cuadros (de autores no muy conocidos) y fotos en las que debían decidir si los consideraban bellos o no.

Las respuestas se analizaron a través de la técnica de magnetoencefalografía, que permite detectar los cambios que se producen en el cerebro ante un estímulo en menos de un segundo. Y la conclusión no deja lugar a muchas dudas: en el caso de los hombres, la actividad neuronal durante el experimento se registró en el hemisferio derecho, y en las mujeres, en los dos lóbulos. De partida, este dato ya es sorprendente, porque los científicos esperaban que el mayor trabajo cerebral ocurriese en la parte frontal, más relacionada con la capacidad cognitiva, y no en la parietal.

Salvada esta sorpresa, para la que aún no hay explicación, los investigadores, entre los que figuran especialistas de la Universidad de California y de la Complutense de Madrid, han planteado que las diferencias observadas entre hombres y mujeres responden a dos maneras distintas de abordar la relación espacial con los objetos, más que con una mayor o menor sensibilidad hacia la belleza. «De nuestro estudio no se puede derivar, porque tampoco era el objeto, que las mujeres tengan una mayor sensibilidad hacia la belleza, que es algo subjetivo, que nosotros, sino que su percepción es distinta», explica Enric Munar, del Grupo de Evolución y Cognición Humana del CSIC.

La clave son las distancias

Las diferencias de este tipo entre los dos sexos son conocidas en otros procesos de conocimiento. Los neurólogos creen, por ejemplo, que las mujeres interpretan relaciones espaciales en categorías (arriba y abajo, adelante y atrás, adentro y afuera), en tanto que los hombres tienden a hacerlo a partir de un sistema de coordenadas que fija distancias entre objetos. O dicho de otro modo, las mujeres mantienen una relación más categórica con los objetos, lo que viene a significar que se manejan mejor en las distancias cortas.

En cambio, el hombre se emplea mejor en las largas. Su cerebro es más propenso a ofrecerle como una especie de mapa general de coordenadas, lo que se asocia a una relación más topográfica con los objetos.

En la investigación han participado especialistas como el antropólogo Camilo José Cela Conde o el biólogo de la evolución Francisco J. Ayala, que han interpretado los resultados del estudio desde un punto de vista evolutivo. Las diferencias cerebrales en la capacidad espacial de ambos sexos, según su hipótesis, son las que explicarían la división del trabajo desde los primeros humanos: la mujer, recolectora, y el hombre, cazador.

En el primer caso, la mujer se aprovecharía de su mayor consciencia sobre los objetos situados en su entorno más cercano para recoger los frutos y el hombre, en cambio, utilizaría las estrategias de la orientación, basadas en conceptos como la distancia y la situación respecto a los puntos cardinales, para adentrarse en nuevos territorios en busca de caza. La pregunta que queda por responder es si ambos sexos tenían desde el principio estas habilidades, lo que determinó el papel de cada uno de ellos, o si estas capacidades las fueron adquiriendo progresivamente en un proceso evolutivo.

«Da igual qué fue primero, si el huevo o la gallina, porque lo que parece claro es que ese reparto de las tareas, esa dualidad, ha funcionado en términos evolutivos. ¿Por qué? Porque el Homo sapiens sigue vivo, seguimos aquí, y otras especies se han quedado en el camino», subraya Enric Munar. La Voz de Galicia.es.

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