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CAUSA ABIERTA

En Valencia, un enfermo de cáncer mata a su hermana discapacitada y luego se suicida

En Valencia, un enfermo de cáncer mata a su hermana discapacitada y luego se suicida
Un vecino de la localidad valenciana de Burjassot, al que los médicos habían diagnosticado un cáncer terminal, asfixió ayer a su hermana, que padecía trastornos mentales, y luego se ahorcó. El parricidio se produjo a primera hora de la mañana en una vivienda que compartían los dos familiares. Los cuerpos fueron hallados poco después por una hija de la mujer fallecida. Su tío, Emilio Ll., de 50 años, se había colgado de una puerta, con un plástico y una silla, y había dejado una carta en la que pedía perdón por lo que había hecho. Antes de morir había ahogado con una almohada a su hermana Loli, de 58 años, y la había dejado tendida sobre la cama.
Emilio era un funcionario de Policía que había pasado a la reserva. El cáncer le fue descubierto recientemente y, desde entonces, había intentado quitarse la vida en otra ocasión, por el mismo procedimiento y dejando escrita también otra misiva. Los vecinos llamaron entonces a la Policía y a los servicios de emergencia para que lo auxiliaran. «Se hizo una brecha en la cabeza», recordaron.
Las personas que conocían a los dos hermanos relataron que el agente se había ocupado «desde siempre de Loli, que descuidaba bastante su aspecto y su higiene, al igual que la limpieza de la casa. No obstante, tras el primer intento de suicidio, la mujer se fue a vivir con una hija durante algunos días, aunque luego regresó con Emilio. «Él tenía cáncer y ella no estaba bien -resumió una vecina-. Creo que le ha desbordado la enfermedad».
Los amigos de los fallecidos coincidieron en que Emilio estaba muy deprimido. «Bajaba siempre a comprar -detallaron-; se tomaba su cortado o su poleo y subía a hacer la comida». Cuando le preguntaban si se encontraba mejor, él respondía: «Ya estoy tomando medidas».
Nadie escuchó ayer ningún ruido cuando se produjo la tragedia. «Ni golpes ni nada», aseguraron los inquilinos del inmueble. La comunidad se enteró de lo ocurrido cuando el presidente de la finca se cruzó con la hija de Loli y preguntó por ella. «Me dijo que ella y Emilio habían muerto, sin más», relató. La camarera de un bar próximo tuvo que servir «una tila» a la chica para que se recuperara de la conmoción que le había causado contemplar a su madre y a su tío sin vida. El Correo.digital.

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