En Cancún le rompieron los huesos a un general y luego lo asesinaron
Dos militares, uno de alto rango, fueron ejecutados durante la madrugada de ayer en la carretera libre Cancún-Mérida. El mando era el general de brigada y diplomado de estado mayor, Mauro Enrique Tello Quiñones, quien era asesor en el tema de seguridad pública del presidente municipal de Cancún, Gregorio Sánchez. Nunca antes en la región se había asesinado a un militar de esta jerarquía. El procurador estatal de Justicia, Bello Melchor Rodríguez Carrillo, informó que el general Tello Quiñónez fue severamente torturado y su cuerpo presentaba los huesos rotos de las manos y las muñecas.
Las autoridades judiciales de Quintana Roo confirmaron que fueron asesinados a golpes el general de brigada Mauro Enrique Tello Quiñónez; el teniente de infantería Getulio César Román Zúñiga; y Juan Ramírez Sánchez, quien al parecer es familiar del alcalde de Cancún, Gregorio Sánchez Martínez.
Además del general Tello, otras dos víctimas recibieron también el tiro de gracia: el teniente Tulio César Román Zúñiga, colaborador de Tello Quiñónez y quien se incorporaría esta semana a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito local como comisionado de la policía; además de Juan Ramírez Sánchez, escolta del edil.
“Esto es muy delicado, se trata de un militar de alto rango que tenía trabajos muy importantes que hacer en Cancún”, expresó el procurador, quien dio detalles del caso.
Los cuerpos aparecieron en una camioneta blanca modelo Hilux, marca Toyota, placas TA- 80162 del estado de Quintana Roo, la cual quedó estacionada a un costado de la carretera libre Cancún-Mérida, a unos kilómetros del poblado de Cristóbal Colón, en el municipio quintanarroense de Lázaro Cárdenas.
El procurador del estado recalcó que los tres hombres fueron torturados a golpes hasta que murieron, después los acomodaron en la camioneta y ahí les dieron el tiro de gracia.
“La camioneta apareció en una escena preparada, los mataron antes y luego la dejaron ahí”, explicó, y comentó que en el asiento de atrás estaba el cuerpo del teniente Román Zúñiga, que en el del copiloto el del general Tello Quiñónez, y el de Juan Ramírez en el del conductor.
El caso fue atraído ya para su investigación por la Procuraduría General de la República, no sólo por el origen militar de las víctimas, sino por el uso de armas exclusivas del Ejército. La Secretaría de la Defensa Nacional confirmó la “muerte” del general Tello y especificó que había pasado a situación de retiro con fecha del 1 de enero de 2009.
“Actualmente se encontraba realizando funciones de asesor del alcalde de Benito Juárez, Quintana Roo. Las autoridades correspondientes ya realizan las investigaciones del caso”, se limitó a informar la Sedena.
En tanto, el edil Gregorio Sánchez señaló que el general retirado lo asesoraba desde el 15 de enero. Sobre la ejecución, sólo comentó que “cayeron en cumplimiento de su deber. Sin embargo, seguiremos con la mano firme. No nos van a amedrentar”. No aceptó más preguntas.
De inicio, la Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo anunció que eran tres los militares acribillados. No obstante, horas más tarde la Subprocuraduría de Justicia de la Zona Norte dijo que uno de ellos era civil y formaba parte del equipo de seguridad del municipio.
De acuerdo a los primeros datos, fueron “levantados” la noche anterior y ejecutados alrededor de las 3 de la mañana.
“Tenían el tiro de gracia, estaban amarrados y rafagueados, evidentemente fueron interceptados”, describió el procurador.
El secretario de Seguridad Pública y Tránsito de Cancún, Francisco Velasco, ratificó la próxima incorporación a su departamento de Getulio César Román Zúñiga, pues, dijo, tenía experiencia militar y policíaca. La Sedena no ofreció ninguna información en torno a este teniente.
Su paso por la Secretaría de la Defensa Nacional
“Tello Quiñonez nació el 21 de noviembre de 1945 en Ciudad Guzmán, Jalisco; causó alta en el Heroico Colegio Militar el 1 de marzo de 1962; ocupó diversas comisiones, las cuales desempeñó de manera sobresaliente: comandante de dos Batallones de Infantería, comandante de una Fuerza de Tarea, comandante de la Zona Militar de Morelia y, la última, la de director general de Infantería.
Como egresado de la Escuela Superior de Guerra, adquirió la categoría de diplomado de estado mayor, ejerciendo en forma notoria, funciones como Jefe de Estado Mayor de diferentes zonas y regiones militares y en el propio Estado Mayor de la Defensa.
En sus actividades docentes, forjó nuevas generaciones de jefes y oficiales que hoy cubren los cuadros de las Unidades del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos. Durante su carrera obtuvo las condecoraciones del Mérito Docente, de Perseverancia de 1/a., 2/a., 3/a., 4/a. y 5/a. Clase, la Institucional, la Extraordinaria y la Especial por haber alcanzado más de 46 años de servicio en el instituto.
Representó a nuestro país como agregado militar y aéreo a la Embajada de México en España.
En solemne ceremonia, efectuada en el Campo Militar No. 1, pasó a situación de retiro por haber alcanzado la edad límite.
La Sedena le rendirá hoy honores fúnebres en el Campo Militar No. 34-B, en Cancún; el acto estará presidido por el general de división diplomado de Estado Mayor, Jorge Juárez Loera, inspector y contralor general del Ejército y Fuerza Aérea.
Perfil
La vida del general de brigada y diplomado de estado mayor, Mauro Enrique Tello Quiñones, asesinado ayer, fue de contrastes.
Antes de su breve historia en Cancún, llegó a ser comandante de una de las zonas militares más importantes del Ejército: la XXI, con sede en Michoacán, e incluso fue designado para leer mensajes enviados por el presidente Felipe Calderón con motivo del Día del Ejército. Pero en su historial también se registran excesos y hasta una orden de aprehensión en la década de los 90, por una acción policíaca en la colonia Buenos Aires, cuando él era jefe de Agrupamientos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.
El 22 de enero de 2007 tomó posesión como comandante de la 21 Zona Militar de Michoacán, en sustitución de Enrique Chávez Chiquillo. Poco antes (el 11 de diciembre de 2006) había arrancado en ese estado el Programa Nacional de Operaciones Conjuntas contra el Narcotráfico.
Y entre otros sonados casos ocurridos durante su desempeño en aquella entidad, destacó el 1 de mayo de 2007 el asesinato de cinco militares en un enfrentamiento con narcotraficantes.
Ya en Cancún, el 24 de enero colaboró con el Ejército en la captura de un comando armado (cinco sicarios), en un centro comercial del puerto, caso que también fue retomado por la PGR.
Antecedentes. El 8 de septiembre de 1997, como jefe policíaco en la capital, Tello Quiñones coordinó un operativo en la colonia Buenos Aires, que culminó en una balacera y en la muerte de ocho jóvenes, seis en circunstancias extrañas.
Estos seis arrestados fueron llevados por policías capitalinos a su mando a las instalaciones de la dependencia en la delegación Tláhuac. Nadie supo nada de ellos hasta que fueron encontrados muertos 20 días después: tres en el paraje La Nopalera, en la carretera al Ajusco, y tres en las minas de arena de la colonia Zapotitlán.
Tello fue uno de los jefes policiacos implicados en el asesinato. El 8 de junio de 1998 un juez dictó orden de aprehensión en su contra como presunto responsable del delito de homicidio calificado, la cual fue ejecutada un día después.
Tras presentar amparos y recursos de inconformidad, Tello quedó en libertad en diciembre de 1999 y absuelto en definitiva el 12 de abril del 2000, porque otro juez consideró que no existían los suficientes elementos para probar que él había ordenado la muerte de las seis personas.
La Comisión de Derechos Humanos del DF lo involucró en su recomendación 12/97, emitida el 10 de septiembre de 1997, en la cual denunció “el fracaso y la ilegalidad de los operativos realizados durante los últimos meses en colonias conflictivas de la capital”, situación que había dado origen a “36 quejas ciudadanas en contra de arbitrariedades cometidas por las fuerzas policíacas de la capital”.
Tello continúo su carrera militar. Y el 20 de noviembre de 2005, el entonces presidente Vicente Fox le otorgó el grado de general de brigada de arma.
El 22 de enero de 2007, tomó posesión como nuevo comandante de la 21 Zona Militar, en sustitución de Enrique Chávez Chiquillo.
El 19 de febrero de ese año, el militar integrante del cuerpo de élite fue el encargado de leer el mensaje que el presidente Calderón dirigió al Ejército en su día:
“Hacemos un reconocimiento a la valentía, al honor, al heroísmo que día a día escriben nuestros soldados, una historia no sólo registrada en el pasado, una historia que se vive cotidianamente en el presente y sobre la que se construye con solidez el futuro de la república. La primera virtud del Ejército mexicano es el patriotismo, el cual se expresa en el valor, en la disciplina, en la lealtad a México, en la lealtad a nuestra Constitución, a las instituciones republicanas, a las causas de la sociedad; lealtad que ha sido y será fundamental para impulsar el progreso del país y para procurar el bienestar de los mexicanos”, dijo entonces.
Y se refirió también a la delincuencia organizada: “Sabemos que en la guerra contra los enemigos del orden público falta mucho por hacer y ello exige redoblar esfuerzos. Seguiremos con nuestras acciones en la lucha contra el crimen y por restablecer la paz y la seguridad de los mexicanos. Pero también, para lograr mejores resultados, debemos abocarnos a modernizar nuestras leyes e instituciones en materia de seguridad y procuración de justicia”.
Su pasó por la XXI Zona Militar duró apenas un año…
Durante 2008, poco se supo de las actividades que desarrolló dentro de la Sedena.
El 1 de enero de 2009 solicitó su retiro del Ejército y el día 14 se le dio de alta para ocupar el puesto de asesor de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito de Cancún, a cargo de Francisco Velasco Delgado. Empezó a coordinar acciones junto a Juan José Montiel, director de la Policía local, la última hace 10 días con la detención de cinco matones. Fuente La Crónica de Hoy.
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