Blogia
CAUSA ABIERTA

La técnica de quitar años a jeringazos desata guerra entre cirujanos plásticos y dentistas

La técnica de quitar años a jeringazos desata guerra entre cirujanos plásticos y dentistas
Cirujanos plásticos y dentistas se han declarado la guerra a cuenta del ’botox’, el medicamento más popular en las consultas de estética por su alta capacidad para quitar años de un jeringazo. El fuego lo abrieron los odontólogos al criticar públicamente a las clínicas que practican infiltraciones del fármaco para mejorar la sonrisa de sus pacientes. El presidente del Consejo de Dentistas, Alfonso Villa, dijo al correo.digital que lo que hacen es «una barrabasada médica» y que no se puede usar alegremente este medicamento porque está en juego la vida de la gente. A los ’estéticos’ estas palabras no les han gustado. «No hay constancia de muertes», proclaman.
El medicamento que destrozó el rostro de la bella Meg Ryan en su lucha por la eterna juventud, conocido popularmente con el sobrenombre de ’botox’, se viene utilizando desde hace aproximadamente 25 años en distintos ámbitos de la medicina. El preparado se obtiene a partir de un germen llamado ’Clostridium Botulinum’ que suele aparecer en las conservas mal embotadas que se encuentran a una temperatura inadecuada. Debidamente tratado y aplicado, mediante infiltraciones controladas en el músculo, permite tratar patologías muy diversas, como tortícolis permanentes, estrabismo y la corrección de determinados ’tics’ faciales.
La toxina botulínica, como se llama, se popularizó hace unos cinco años, cuando comenzó a utilizarse en las consultas de cirugía estética. Su capacidad para bloquear temporalmente los impulsos nerviosos la convirtió en una solución buena, bonita y rápida para borrar arrugas del gesto y corregir asimetrías del rostro.
Y ahora, los dentistas dicen que hasta ahí hemos llegado. Basándose en varios casos denunciados en la Agencia Española del Medicamento, el organismo oficial que autoriza la comercialización y uso de cada farmaco en España, el presidente del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos dijo que el mal uso de esta sustancia por parte de los cirujanos plásticos ha provocado la muerte de varios pacientes a los que, al parecer, se les prometió un tratamiento llamado ’la sonrisa gingival’.
La terapia consiste en inyectar botox en la boca para favorecer una sonrisa «natural y equilibrada» que deja ver las encías. «El riesgo de morir por un fallo es bajo, pero me veo en la obligación de alertar sobre esta posibilidad», dijo.
«No hay constancia de muertes por el uso de esta toxina en los 75 países en que está autorizada», proclamó ayer la secretaria de la Sociedad Española de Medicina Estética, Petra Vega. La especialista aseguró que más de 15 millones de personas en el mundo la han utilizado sin problemas y que las dosis que se utilizan en medicina estética son «muy bajas». La clínica Planas, que anuncia la ’sonrisa gingival’, se ha sentido aludida y también ha intervenido. Lo denunciado por los dentistas, según el centro, carece de «base médica, científica ni legal».

0 comentarios